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Encuentros Diarios
Febrero 28, 2014
La Persona Que Usa Dios
"Ahora bien, a los que reciben un encargo se les exige que demuestren ser dignos de confianza."1
En la orden de Dios hay trabajo para todos. No llama a muchos a ser un Billy Graham o Madre Teresa, pero si llama a cada uno de nosotros a ser fiel en usar los dones y habilidades que él nos ha dado. En caso que no nos sintamos dignos para ser usados por Dios, puede ser de ayuda ver las fragilidades de muchos de los siervos de Dios en la Biblia.
Alguien ha dicho que: "Moisés tartamudeaba. La armadura de David no le quedaba. Juan Marcos fue rechazado por Pablo. La esposa de Oseas era prostituta. El único entrenamiento de Amos era podar higueras. Jacob era un mentiroso. David adultero. Salomón era demasiado rico. Abraham era muy viejo. David era demasiado joven. Timoteo tenia ulceras. Pedro temÃa la muerte.
"Lázaro estaba muerto. Juan era autosuficiente. Jesús era demasiado pobre. Naomi era una viuda. Pablo era un asesino. Moisés también. Jonás huyo de Dios. Miriam era chismosa. Gedeón y Thomas dudaron. JeremÃas estaba deprimido y considero el suicidio. ElÃas estaba cansado. Juan el Bautista hablaba demasiado fuerte. Marta se preocupaba demasiado. Sansón tenÃa el cabello largo. Noé se embriago. ¿Mencione que Moisés se enojaba fácilmente? Asà también era Pedro y Pablo."
Cierto, todos tenemos áreas de debilidad y hemos experimentado el fracaso en algún nivel, pero aun asà Dios usara a cada uno quien se hace disponible a Dios. Asà que ay que estar seguros que estemos sirviendo a Dios fielmente usando los dones y talentos que él nos ha dado a cada uno de nosotros. Es un gran privilegio y una gran oportunidad — además tiene recompensas eternas.
Oración sugerida: "Querido Dios, por favor dame el "querer" de querer ser lo que tú quieres que sea y hacer lo que tú quieres que haga usando los dones y habilidades que tú me has dado — y ayúdame a amarte y servirte fielmente todos los dÃas de mi vida. Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen."
- 1 Corintios 4:2 (NVI).
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