Encuentros Diarios
Junio 05, 2020
Pescando en la Bañera
“Ni se enciende una lámpara para
cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre
a todos los que están en la casa.â€1
Hace muchos
años, cuando crecà en Australia, todavÃa recuerdo el siguiente dicho compartido
por un evangelista estadounidense: “El que susurra en un pozo sobre las cosas
que tiene que vender, ¡no recibe tantos dólares como el que sube a un árbol y
grita!
¿Alguna vez han notado que la gran
mayorÃa de las personas que no son de la iglesia no están derribando nuestras
puertas con prisa por escucharnos predicar el Evangelio? Al menos nunca lo he
visto en ningún lugar donde he vivido. Es como un viejo amigo mÃo dijera:
"No pescas pescado en la bañera. Vas a donde están los peces."
Con los continuos actos del mal en
nuestro mundo y el creciente rechazo del cristianismo, Dios y la Biblia, además
de la aceptación acelerada de las religiones anticristianas, si alguna vez hubo
un tiempo en que los cristianos necesitamos escuchar la llamada de atención de Dios
y dejar que nuestras voces sean escuchadas y dejar que nuestra luz brille, es
hoy. Pero ya sea en negocios seculares o en los asuntos de Dios, el que susurra
en un pozo no va a tener una audiencia. ¡Y el que pesca en la bañera no va a
atrapar ningún pez! ¡O el que esconde su luz debajo de una canasta no la va a
ver!
Como cristianos, debemos hacer todo
lo que esté a nuestro alcance para reducir las fuerzas del mal demostrando y
comunicando el amor de Dios y el mensaje del Evangelio de Jesucristo de alguna
manera a cada vida que tocamos y a todas las personas en todas partes. Sin
embargo, antes de que la gente escuche nuestro mensaje, necesitan ver a Jesús
en nosotros y, al hacerlo, quieran a Jesús para sà mismos.
Recuerda la canción infantil que
solÃamos cantar en la escuela dominical: “Esta es mi pequeña luz, la dejare brillar.
Brillara, brillara, brillara." No debajo de una canasta. No en un pozo.
Pero en todo lo que hacemos, dondequiera que vayamos, y por todos los medios
legÃtimos a nuestra disposición. ¡Recuerde también, que toda la oscuridad en el
mundo no puede apagar la luz de incluso la vela más pequeña! Que Dios nos ayude
a cada uno de nosotros a ser velas para Jesús y que nuestra luz brille hasta
que venga.
Oración sugerida: "Querido Dios,
ayúdame a parar, a permanecer quieto y escuchar —con mi corazón— y escuchar tu
llamada de atención y hacer todo lo posible para que mi luz brille y asÃ
demostrar Tu mensaje de amor y salvación a cada vida que toque. Ayúdame
también, a hacer lo que pueda para apoyar, no sólo a mi iglesia, sino a los
misioneros y a los que están llevando Tu mensaje de amor y salvación a los
confines de la tierra. Gracias por escuchar y contestar mi oración.
Agradecidamente, en el nombre de Jesús, amén."
1.
Mateo
5:15 (NVI).
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