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Julio 06, 2020

"Por lo tanto, abandonando toda maldad y todo engaño, hipocresía, envidias y toda calumnia."¹

"Esopo tenía una fábula sobre dos águilas, una envidiosa de la otra porque la otra podía elevarse más alto y más elegantemente de lo que podía ella. Así que el águila envidiosa arrancaba sus plumas más fuertes de su propio cuerpo y les disparaba como flechas, tratando de herir o matar a la otra águila. Sin embargo, fue su propia perdición. No pudo golpear al águila voladora y finalmente no pudo volar más por su falta de plumas. Envidia destruyó el águila.²

La envidia, la codicia y los celos están relacionados. No sólo son destructores del alma, sino también de nuestro bienestar físico. Como dice Proverbios, "El corazón tranquilo da vida al cuerpo, pero la envidia corroe los huesos."³

¿Y no fue la envidia la causa de la caída de Satanás? Tenía envidia de Dios y quería ser Dios mismo; y mira el increíble lío en el que nos ha metido, o, mejor dicho, mira el increíble lío en el que nos hemos metido porque hemos seguido los caminos de Satanás en lugar de los caminos de Dios. ¡Y cuántas de las atrocidades que están ocurriendo en el mundo de hoy son causadas por la envidia y la codicia por el control de ciertos hombres que se dicen líderes cuando, de hecho, son destructores! 

La envidia es un destructor. Nos destruirá a ti y a mí también, si permitimos que lo haga. Como todas las instrucciones de Dios, no es sin una buena razón que su Palabra nos dice que nos deshagamos de toda envidia, malicia, celos y odio.

Oración sugerida: "Querido Dios, si hay envidia, malicia, celos u odio en mi corazón, por favor revélamelo, y dame el valor y el buen sentido para enfrentarlo, resolverlo y deshacerme de él. Y por favor perdóname por ello. Gracias por escuchar y contestar mi oración. Agradecidamente, en el nombre de Jesús, amén."

1.  1 Pedro 2:1  (NVI).
2. Brett Blair, Ilustraciones de Sermones, 1999.
3.  Proverbios 14:30  (NVI).

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