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Septiembre 14, 2020

"No temas ni te desalientes, porque el propio Señor ira delante de ti. El estará contigo; no te fallará ni te abandonará.â€�¹

El fin de semana pasado nuestra familia hizo un viaje al Parque Nacional Sequoia. Nuestros hijos nunca habían estado allí, así que pensamos que sería bueno llevarlos a ver los hermosos árboles en el Bosque Gigante y disfrutar de la creación de Dios lejos de la ciudad y los aparatos electrónicos. La temperatura estaba a 108°F en el camino hacia la montaña, pero cuando llegamos a la cima de la montaña, estaba a solo 86°F que era una bendición ya que estábamos planeando hacer excursionismo. Siendo el fin de semana del Día del Trabajo, el tráfico era moderado, y el parque estaba lleno de exploradores con los mismos planes que nosotros.

Cuando llegamos a nuestro destino, nos encontramos con un guardabosques informándonos que el estacionamiento estaba lleno. Luego nos dieron algunas alternativas cercanas donde podíamos estacionarnos y estar cerca de rutas de senderismo.  En el camino al siguiente estacionamiento, decidimos hacer una parada de baño. Cuando nos subimos al carro para salir al estacionamiento, ¡nuestro carro no quería arrancar! Mi esposo es un técnico automotriz de oficio, e inmediatamente comenzó a sacar herramientas para averiguar lo que estaba pasando. Después de varios minutos, se dio cuenta de que era nuestro arrancador que se había estropeado. No teníamos recepción de celular, y aunque había un teléfono público cercano, no funcionaba.  No había guardabosques a la vista, así que mi esposo decidió tratar de encontrar una manera de anular el arrancador y poner nuestro carro en marcha de nuevo. Tenemos tres niños pequeños (uno de los cuales es un bebé de dos meses), así que preparé nuestro almuerzo de picnic y llevé a los niños a dar un paseo por un prado cercano. Vimos ciervos en el prado, vimos muchas otras pequeñas criaturas y exploramos algunos edificios antiguos que no se habían utilizado durante más de 10 años. Aunque era un día caluroso, el clima en ese momento era hermoso.

Cuando llegamos de vuelta al carro, mi pudo encender "milagrosamente" el motor, pero no podíamos apagarlo más, así que rápidamente subimos al carro y comenzamos a bajar la montaña. En nuestro camino hacia abajo, el tráfico se detuvo por completo debido a un carro que se había averiado. Teníamos una correa de remolque en la parte trasera de nuestro suburban, así que nos ofrecimos a jalar el carro hasta un estacionamiento cercano. Luego continuamos nuestro viaje de regreso a casa (aproximadamente un viaje de 5 horas) y llegamos seguros y sanos.

Esto puede sonar como una situación estresante, pero fue todo lo contrario. ¡Acordamos que esta había sido la mejor aventura que habíamos experimentado en mucho tiempo! Recordamos el versículo de hoy y pudimos nombrar maneras tangibles en que vimos a Dios obrando. Para empezar, el carro se descompuso bajo un árbol sombreado frente a los baños. Si tienes niños pequeños, sabes por qué esto es tan importante. En segundo lugar, Dios le ha dado a mi esposo un talento en mecánica, así que pudo hacer lo necesario para prender el carro. En tercer lugar, si no hubiéramos bajado por la montaña antes de lo esperado, no hubiéramos tenido la oportunidad de ayudar a la familia que necesitaba remolque.

Aunque nuestro viaje no fue de acuerdo con nuestros planes, tuvimos una aventura inesperada a la manera de Dios. Recordamos que incluso en circunstancias inesperadas, Dios sigue ahí y está obrando Su voluntad. La próxima vez que te encuentres con "aventuras" inesperadas te animo a buscar intencionalmente las bendiciones en medio de ella. Dios va personalmente por delante de nosotros y nunca nos dejará ni nos fallará.

Oración sugerida: "Querido Dios, permite que pueda ver las bendiciones en las aventuras inesperadas. Gracias por ir delante de mí en cada situación y por no abandonarme nunca. Te alabo por tu fidelidad y provisión para mí. Gracias por Tu incomparable amor. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amén.�

1. Deuteronomio 31:8 (NTV).