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Octubre 29, 2012

"Jesús le dijo: Levántate, toma tu camilla y anda. Y al instante el hombre quedó sano, y tomó su Camilla y echo a andar. Y aquel día era el sábado (el día de descanso de los Judíos). Decían pues los Judíos; es sábado, no te es lícito llevar la camilla."¹

Imaginen eso, Jesús sanó a un hombre el sábado y los lideres religiosos “le perseguían y procuraban matarle�

Como lo indicamos anteriormente, trágicamente los lideres religiosos en los días de Jesús amaban más a sus programas que a las personas. Ellos esperaban la promesa del Mesías, pero como no llegó como ellos lo esperaban, y no hizo las cosas como ellos lo deseaban, no creyeron en él y se rehusaron a cambiar.

La realidad es que vivimos en un mundo de cambios constantes. Y sí, necesitamos sujetar con firmeza todo aquello que es permanente y eterno, pero si no cambiamos en otras áreas de la vida, nosotros, también, podríamos perderlo todo.

Aquí está un ejemplo clásico del mundo de los negocios: De 1900 a 1967, los Suizos eran los lideres en la manufactura de relojes. En 1967, cuando se patentó la tecnología digital, los suizos la rechazaron a favor de los instrumentos tradicionales que ellos habían utilizado por décadas. Sin embargo, el mundo estaba listo para este avance, y Seiko, una compañía Japonesa, tomó el patente digital y se convirtió de la noche a la mañana en el líder a escala mundial en la elaboración de relojes. Cincuenta mil de los 67,000 relojeros suizos cerraron sus negocios ya que se negaron a aceptar esta nueva tecnología. No fue hasta años después que los Suizos lograron retomar su posición de liderazgo con la creación de los relojes Swatch."²

Este principio también se puede aplicar a cada uno de nosotros en el mundo de los negocios—si no nos mantenemos al tanto de las necesidades diarias del mundo de los negocios, de nuevo, tal vez nos quedemos atrás.  

Al servir a Dios, y mientras que nuestro mensaje nunca cambia, nuestros métodos para comunicarlo necesitan cambiar al igual que los tiempos y las necesidades de las personas, o de nuevo, tal vez nos quedemos atrás—así como muchos negocios, iglesias y organizaciones lo han hecho.  

Se sugiere la siguiente oración: "Amado Dios, ayuda a afianzarme a todo aquello que es eterno, pero a ser flexible y dispuesto a cambiar en lo que sea necesario. Y sobre todas las cosas ayúdame a estar dispuesto a cambiar y crecer en lo que tú creas necesario. Gracias por escucharme y responder a mis oraciones. De todo corazón en el nombre de Jesús."

1. Juan 5:8-10 (TLB).
2. Citado en Bits & Pieces.

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