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Diciembre 08, 2021

"Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo."¹

Cuando era niña, mi parte favorita de los viajes largos por carretera era cuando oscurecía fuera de la ciudad. Lejos de las luces de la ciudad, miraba por mi ventana, hacia el cielo nocturno, y admiraba las luces parpadeantes en el lienzo negro de arriba; una maravilla que siempre estuvo camuflada por las brillantes luces de la ciudad. Solía tratar de encontrar la Osa Mayor o el cinturón de Orión, las constelaciones con las que estaba más familiarizada. Recuerdo que trataba de contar las estrellas y siempre mantenía un ojo buscando las estrellas "deseosas" que se disparan a través de la inmensidad del espacio. Este fin de semana, mi familia hizo un viaje por carretera fuera de la ciudad, y cuando cayó la noche sobre nosotros, mi hija de siete años dijo: "¡Está completamente negro afuera, no puedo ver nada!" Al instante me llevaron de vuelta a mis días de observación de estrellas cuando abrí el techo solar de nuestro auto y dije: "¡Pero mira! ¡Puedes ver las estrellas!"

Puedo imaginar los días previos al nacimiento de Jesús, mientras los astrónomos de ese día estudiaban el cielo nocturno. Tal vez incluso sintiendo una emoción entre los cuerpos celestes; a la espera de la aparición de una nueva estrella que había sido predicha.  ¡Y de repente lo ven! ¡La estrella más brillante que jamás había iluminado los Cielos, no solo una estrella, sino un anuncio, diciéndole al mundo entero que había nacido el Rey! El brillo de esa estrella debe haber atenuado todas las demás estrellas esa noche. Qué asombroso debe haber sido presenciar ese evento celestial. Incluso mientras escribo, no puedo evitar mirar por mi ventana y buscar en los cielos la estrella más brillante.

El nacimiento de nuestro Señor fue anunciado en los cielos esa noche de Navidad, así como la segunda venida del Señor también será anunciada en los cielos. ¡Sigamos mirando hacia arriba para el anuncio de que Jesús vendrá de nuevo! ¡Preparemos nuestros corazones esta temporada para recibir al REY! Esta vez, ÉL será la estrella más brillante de los cielos.

Oración sugerida:

Querido Dios, hace 2000 años, el evento más grande de la Historia, el nacimiento de tu Hijo fue anunciado al mundo en forma de una estrella brillante. Una estrella cuya luz guió el camino hacia Jesús. Esta noche, mientras miro hacia el cielo, te pido que brilles una luz en mí para guiarme a los pies de Jesús, para que pueda inclinarme ante Él y adorar al Rey de Reyes. Permíteme seguir mirando al cielo en preparación para el día en que Jesús venga de nuevo. En el Santo Nombre de Jesús. Amén.

1. Mateo 2:10.