Encuentros Diarios
Diciembre 17, 2021
La historia de Navidad: El posadero
"Asà que dio a luz a su hijo
primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no habÃa
lugar para ellos en la posada."1
Las obras de teatro de la iglesia, las obras en
la comunidad, e incluso los
programas de la escuela han
escrito un papel en su Historia de la Natividad para un posadero que rechaza a
José y MarÃa, diciéndoles que no hay espacio para ellos en la posada. Sin
embargo, este legendario posadero nunca se menciona realmente en la Biblia.
Hemos llegado a suponer que alguien en Belén apartó a José y MarÃa esa noche y
posiblemente incluso los dirigió a un establo para animales, pero este hecho no
está escrito en las Escrituras. Encontramos este relato en Lucas 2 y lo que sÃ
sabemos que es un hecho es que de hecho "no habÃa lugar para ellos en la
posada".
Independientemente de si habÃa un
posadero o no; o que tal vez podrÃan haber escuchado en el camino que las
posadas estaban llenas, el hecho es que la gente no pudo hacer espacio para
Jesús esa noche y se perdieron la bendición de recibir al Salvador.
Nos adelantamos dos mil años, y
el escenario no ha cambiado mucho. A medida que se acercan las fiestas, nos
quedamos tan atrapados con las compras y la decoración, ¡que nos olvidamos de hacer
espacio para el Salvador! Jesús
nos desafió a abrir nuestros corazones a los más pequeños entre nosotros y al
hacerlo estarÃamos abriendo nuestros corazones a Él (Mateo 25: 44-45). Cuando
MarÃa y José llegaron a Belén, eran extraños. Probablemente estaban cansados,
hambrientos y frÃos y nadie se tomó un momento para echarles una mano.
Nos encontramos con personas
cansadas todos los dÃas: un esposo que trabaja duro para mantener a su familia,
una madre que pasa el dÃa cuidando a sus hijos, el empleado de la tienda que se
ha encontrado con demasiados clientes insatisfechos. Durante años, hemos vivido
entre una población sin hogar frÃa y hambrienta que solo necesita un poco de
consideración esta temporada. Todos los dÃas, nos encontramos con oportunidades
para abrir nuestros corazones y ser una especie de posadero que abre sus
corazones a los necesitados. El Posadero de la historia de la Natividad puede
no ser un personaje real, pero la lección que podemos sacar de esto es no dejar
pasar la oportunidad de recibir la bendición del Salvador esta Navidad. Dale
una sonrisa a esa persona cansada, o una manta y sopa al frÃo y hambriento de
nuestro pueblo. ¡Recuerda que, al hacerlo, se lo estamos haciendo a Jesús!
Oración sugerida:
Querido Padre Celestial, por
favor permÃteme ver más allá de mis propios deseos y necesidades a las
necesidades de los demás en esta temporada. PermÃteme cruzarme con alguien que
podrÃa necesitar una bendición que yo pueda llenar. Los corazones de las
personas estaban cerrados a tu Hijo esa noche especial, pero quiero abrir mi
corazón esta Navidad para recibir el regalo más precioso de todos: ¡Jesús! Y es
en Su nombre que decimos: Amén.
Lucas 2:7.
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