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Febrero 28, 2022

"... El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas..."¹

Hemos escuchado la frase "Desea lo mejor, pero espera lo peor". Nunca me ha gustado ese dicho. ¿Por qué esperaría algo que no quiero? ¿No sería mejor si esperara lo que quisiera? Sin embargo, entiendo el concepto detrás de la frase; prepárate para cualquier cosa.

En Marcos capítulo 5, nos encontramos con una mujer que, estoy seguro, había escuchado esta frase muchas veces. Verán, ella había sufrido con una condición de sangrado durante los últimos doce años. Estaba desesperada y estaba perdiendo toda esperanza de volver a sentirse bien. Ella había gastado todo su dinero en médicos que le daban medicamentos y tratamientos y básicamente decían: "Bueno, señora, desea lo mejor, pero espera lo peor". Y aunque esperaba lo mejor con todo su corazón, de hecho, obtuvo lo peor. Las Escrituras dicen que su condición empeoró en lugar de mejorar. Esta mujer estaba perdiendo toda esperanza de ser sanada, y para profundizar su desesperación, tuvo que sufrir sola porque su cultura la consideraba impura. Pero todavía tenía un hilo persistente de esperanza. Ella había oído hablar de un Hombre llamado Jesús y de cómo había sanado milagrosamente a la gente. Esperaba poder ver a este hombre y esta vez no esperaba lo peor. Ella había oído hablar de Su amor por la gente y comenzó a pensar que, si solo pudiera tocar el borde de su manto, entonces ella también sería sanada. Su esperanza comenzó a crecer y un día escucho una conmoción en la calle: ¡Jesús venía! Reunió todas sus fuerzas, y haciendo caso omiso de las miradas y los susurros, empujo a través de la multitud y extiendo la mano. ¡Al caer al suelo, ella toco el borde de Su manto e instantáneamente sintió que su cuerpo sanaba!

Su esperanza en el Señor no sólo sanó su cuerpo ese día, sino también su alma. Jesús no la criticó por estar en público, ni le llamo la atención por haberlo tocado. Simplemente la miró con amor y dijo: "¡Tu sufrimiento ha terminado"! Ella había esperado una posibilidad, ¡y en su lugar recibió lo MEJOR!

Cuando ponemos nuestra esperanza en el Señor, suceden grandes cosas. ¡Dios es Amor, y el Amor SIEMPRE TIENE ESPERANZA!

Oración sugerida:

Querido Señor, hoy declaro que mi esperanza está en ti. No esperaré que sucedan cosas malas porque sé que tu plan para mí es perfecto. Puede haber momentos en que me permitas sufrir, pero mi esperanza permanecerá en ti, porque tú eres Amor, ¡y el Amor siempre tiene esperanza! Agradecido, en el nombre de Jesús, Amén.

1. 1 Corintios 13:7 (NTV).