Encuentros Diarios
Enero 14, 2020
Obteniendo el Gran Exito
“Sólo te pido que tengas mucho valor y firmeza para obedecer toda la ley que mi siervo Moisés te mandó. No te apartes de ella para nada; sólo así tendrás éxito dondequiera que vayas.”1
Cuando Moisés murió, Dios eligió a Josué como el Nuevo líder de Israel. Una de las primeras cosas que hizo Dios fue el darle a Josué una meta—la meta de conquistar la Tierra prometida. Dios le indicó las fronteras del norte, del sur, del este y del oeste, así que la meta era muy específica. Josué sabía exactamente lo que necesitaba hacer.
Dios también le dijo a Josué que le había dado a él y a los antiguos Israelitas esta tierra—pero que aun así ellos tendrían que conquistarla. No se las sirvió en una fuente de plata. Ellos tuvieron que luchar cada pulgada del camino para conquistarla. Sin embargo, si Dios no les hubiese dado la tierra, ellos no habrían podido conquistarla.
Aun mas, Dios le prometió a Josué un gran éxito proveyendo que él y su gente obedecieran totalmente las instrucciones y las leyes que Dios les había dado a través de Moisés.
Se ha dicho que el “éxito es la capacidad de tomar una meta que valga la pena y después usar todas las energías para el logro de esa meta” Estoy seguro que Josué habría estado de acuerdo con esta definición del éxito.
Como compartimos ayer, Dios tiene un plan específico y una meta para usted y para mí también. Depende de nosotros el buscar a Dios para descubrir cuál es el plan y cuál es la meta. Y depende de nosotros, con la ayuda de Dios, el “tomar acción y conseguirla.”
Cualquier meta que valga la pena también será un reto para cumplirla. Dios no nos las dará en una fuente de plata. Sin embargo, como Dios le prometió a Josué que estaría con él, así también estará con nosotros y nos ayudará; esto es, con la condición de que nosotros “usemos todas las energías para el logro de esa meta” y vivamos y trabajemos en armonía con la voluntad de Dios, obedeciendo su Palabra, la Biblia. Sólo entonces nosotros también habremos, obtenido el éxito. De eso podemos estar seguros.
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, gracias porque así como prometiste estar con Josué, así también estarás conmigo. Muestrame específicamente lo que deseas que haga y lo haré, y dame la sabiduría, la fe, el valor y la determinación para trabajar en cumplir esa meta. Y ayúdame a vivir en armonía con tu voluntad para que así yo también pueda experimentar tus bendiciones y el éxito. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amén.”
1. Josué 1:7 (NVI).
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