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Encuentros Diarios
Septiembre 30, 2022
Himnos amados: Hay Un Mundo Feliz Mas Alla
En la casa de mi Padre muchas moradas hay: si asà no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.1 En 1868, un farmacéutico llamado Sanford Bennett surgÃa recetas y manejaba ventas en su boticario en Elkhorn, Wisconsin. Su amigo, Joseph Webster, entró en la tienda. Joseph era un músico local, vocalista, violinista y compositor aficionado que sufrÃa de perÃodos de depresión. Los dos hombres habÃan colaborado ocasionalmente en himnos y canciones, Sanford escribiendo las palabras y Joseph la música. En este dÃa en particular, Joseph estaba inusualmente triste y su rostro estaba alargado. Mirando hacia arriba, Sanford preguntó: "¿Qué pasa ahora?" "No importa", respondió Joseph, "todo estará bien en el más allá". Una idea para un himno le vino a Sanford como un destello de luz solar. Sentado en su escritorio, comenzó a escribir tan rápido como pudo. Las palabras llegaron casi al instante. Dos clientes entraron en la farmacia, pero no se hizo ningún intento de ayudarlos, Sanford estaba demasiado absorto en su poema, por lo que se acercaron a la estufa y visitaron con Joseph. Finalmente, Sanford se levantó y se unió a ellos, entregando una hoja de papel a su amigo. "Aquà está tu receta, Joe", dijo. "Espero que funcione". Joseph leyó las palabras en voz alta: Hay un mundo feliz más allá, donde moran los santos en luz, Tributando eterno loor, al invicto y glorioso Jesús. En el mundo feliz reinaremos con nuestro Señor; En el mundo feliz reinaremos con nuestro Senor.2 Al instante se sugirió una melodÃa, y Joseph anotó algunas notas. Recogiendo su violÃn, tocó su melodÃa durante un tiempo, luego dijo a los demás: "Los cuatro hacemos un buen cuarteto masculino. Probemos la nueva canción y veamos cómo suena". Mientras "Hay Un Mundo Feliz Mas Alla" se cantaba por primera vez, otro cliente, R.R. Crosby, entró en la tienda. "Caballeros", dijo, "nunca escuché esa canción antes, pero es inmortal". TenÃa razón. Durante más de 100 años hemos estado cantando un himno inmortal que fue escrito en menos de treinta minutos en una farmacia.3 Oración sugerida: Querido Padre Celestial, ¡Oh! Cómo anhelo el dÃa en que nos encontremos contigo en el Cielo. ¡En ese dÃa, todas las preocupaciones y tristezas de este mundo serán olvidadas por completo! Gracias por el regalo de la Salvación que me permite esperar ese dulce hogar. En el nombre de Jesús, Amén. "Hay Un Mundo Feliz Mas Alla", himno de Sanford F. Bennett (1868).
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