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Abril 10, 2023

"Porque me has visto, has creído – le dijo Jesús -; dichosos los que no han visto y sin embargo creen".¹

¡Él ha resucitado!

Reflexionando sobre los acontecimientos de los últimos días, (hace 2000 años) es sólo con un corazón humilde que podemos enfrentar hoy. En cuestión de tres días, la vida, tal como la conocían entonces, cambió para siempre. A lo largo de las Escrituras, la expiación por los pecados se hizo a través del sacrificio de un cordero sin mancha. Su sangre derramada concedía el perdón de las transgresiones. Pero entonces, ¡Jesús vino! Él vino a ser el sacrificio supremo. ¡Su sangre fue derramada como la máxima expiación por nuestros pecados y sólo a través de Él se nos concede el perdón! Su muerte en la cruz cambió la forma en que la humanidad pudo venir al Padre ¿y Su resurrección? Bueno, ¡eso cambió todo! El evento que había sido profetizado mucho antes para muchos era solo una historia legendaria; Realmente no podría suceder, ¿verdad? Pero entonces, sucedió, ¡y qué Día Glorioso fue y sigue siendo hoy!

Ese domingo por la mañana, dos mujeres, seguidoras de Jesús, fueron las primeras en presenciar este evento milagroso. (Mateo 28:5-10) Jesús les dijo: "¡No tengan miedo" y que "fueran y se lo dijeran a los demás! Habiendo estado en la presencia del Señor, ¡las mujeres se fueron alegres! Esto es exactamente lo que Jesús nos está diciendo que hagamos aun hoy: ¡Ve y cuéntaselo a los demás! Toma la experiencia que has tenido  de conocer a  Jesús, de estar en Su presencia, ¡y proclamarla a todos los que escuchen! Muchos no querrán escucharlo, y muchos no creerán. Incluso los discípulos que habían caminado con Jesús en la carne y habían oído directamente de su boca que resucitaría, estaban llenos de incertidumbre y duda. (Marcos 16:11) Cuando Jesús finalmente vino a ellos, se llenaron de alegría, y Él perdonó su incredulidad tal como ha prometido perdonar la incredulidad de cualquiera que venga a Él. A aquel que todavía dudaba, le dijo: "Porque me has visto, has creído. Bienaventurados los que no han visto y sin embargo creen".

Esta temporada de Pascua no termina con el Domingo de Pascua, ¡es solo el comienzo! Hoy tenemos el desafío de ir y compartir con otros la alegría que sintieron este fin de semana al celebrar la resurrección de nuestro Señor Jesús; y continuar difundiendo esas Buenas Nuevas todos los días, ¡durante todo el año! Pídele a Jesús que te permita ser Sus manos y pies para que otros crean porque ven a Jesús en ti.

Oración sugerida: Amado Padre Dios, enviaste a tu único Hijo a morir una muerte cruel para que yo pudiera tener perdón. Él derramó Su propia sangre preciosa para que yo pudiera tener vida eterna en el Cielo contigo algún día. Cuán ingrato sería si no compartiera tu sacrificio con los demás. ¡El mundo entero debe saber de tu amor y tener la oportunidad de llenarse con la alegría que viene de conocerte! En el precioso nombre de Jesús, Amén.

1.    Juan 20:29.

El Encuentro de hoy fue escrito por: Veronica B.