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Octubre 19, 2015

“Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él.â€�¹

Existe una vieja fabula que habla acerca de un hombre que encontró un huevo de águila y lo puso en el nido de una gallina. El aguilucho empollo junto con los polluelos y creció con ellos. Toda su vida, el águila comió lo mismo que las gallinas de la granja, pensando que él era una de ellas.

El escarbaba la tierra para sacar gusanos e insectos. El cacaraqueaba. Y revoloteaba sus alas y se elevaba unos cuantos pies del suelo.

Los años pasaron y el águila envejeció. Un día él miró a un pájaro magnifico en el cielo. Flotaba con gran majestuosidad con el poder de las corrientes del viento, con sólo pequeños movimientos de sus fuertes alas. La vieja águila lo miraba con asombro. “¿Quién es ese?â€� preguntó.  Es un águila, el rey de las aves, le dijo su vecino. “Él pertenece en el cielo.  Nosotros pertenecemos en la tierra—somos gallinas.â€�Así que el águila vivió y murió como gallina, porque pensó que eso era.²

Que triste es cuando nosotros que somos hijos del Rey vivamos como gallinas cuando podríamos volar como las águilas.

Como lo dice el viejo dicho, “Usted no es lo que usted piensa que usted es, pero lo que usted piensa, usted lo es.�

Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, por favor ayúdame a esperar con esperanza en ti y ver realizarse en mi vida todo lo que has hecho por mí. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, Amén.�

1. Proverbios 23:7.
2. Anthony DeMello de A 4th Course of Chicken Soup for the Soul. Derechos Reservados en 1997 por Jack Canfield, Mark Victor Hansen, Hanoch McCarty y Meladee McCarty.

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