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Encuentros Diarios
Julio 01, 2014
Una vida balanceada
“Y Jesús seguÃa progresando en sabidurÃa, en vigor y en gracia ante Dios y ante los hombres.â€1
En otras palabras Jesús se desarrollo intelectual, fÃsica, espiritual y emocionalmente, eso es, creció para convertirse en una persona plena, buena, y saludable. La meta de Dios, creo yo, es para que todos hagamos lo mismo.
La realidad es que solo hasta el grado en el que seamos plenos lo serán también nuestros estilos de vida, comportamiento, y nuestras relaciones.
Cuando se trata de relaciones—especialmente relaciones románticas—la mayorÃa de nosotros deseamos que alguien sano y pleno se sienta atraÃdo por nosotros. Pero mientras no estemos sanos y plenos, una persona sana y plena no se sentirá atraÃda hacia nosotros.
Además, en las relaciones dos mitades no hacen un entero. Las relaciones son como las multiplicaciones: una mitad multiplicada por una mitad es igual a un cuarto, mientras que un entero multiplicado por un entero nos da un entero.
Solo la gente plena encuentra relaciones plenas, y solo las personas felices tienen relaciones felices.
La plenitud está disponible para todos los que la desean. Pero como lo indicamos ayer, solo aquellos quienes en realidad quieren ser plenos—y están dispuestos a pagar el precio—lo harán. La elección depende de cada uno de nosotros. La invitación de Jesús es para todos.
Se sugiere la siguiente oración: “Amado Dios, con tu ayuda elijo ser pleno. Por favor muéstrame cual es mi responsabilidad—lo que necesito ver, escuchar, y hacer—y por favor dame la fortaleza para hacerlo. Gracias por escucharme y responder a mi oración. De todo corazón en nombre de Jesús, amen.â€
1. Lucas 2:52 (NIV).
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