Encuentros Diarios
Abril 22, 2025
Nuestro Ayudador
Sin
embargo, cuando el Padre envÃe al Abogado Defensor como mi representante —es
decir, al EspÃritu Santo—, él les enseñará todo y les recordará cada cosa que
les he dicho.1
Uno
de los sentimientos más dolorosos es la soledad. Por supuesto, hay
momentos en los que es inevitable estar solo. Pero como Dios ha enviado a su
EspÃritu a vivir en nosotros, nunca estamos solos. El EspÃritu Santo, al que
Cristo se refirió Como nuestro Ayudador (Juan 14:26) está con nosotros cada
segundo de cada dÃa.
Pensemos
en las maneras en que el EspÃritu de Dios nos ayuda en nuestra vida de oración.
Primero, nos motiva a orar. ¿Alguna vez ha sentido usted una fuerte sensación
de que necesitaba pasar tiempo con el Señor, sin saber por qué? Ese es el
EspÃritu que le está alentando. Él tiene muchas razones para hacerlo: sabe
cuándo necesitamos fuerzas ante una dificultad próxima. O a veces nos anima a
confesar el pecado para que nuestra comunión con el Padre no se vea
obstaculizada.
Segundo,
el EspÃritu Santo intercede por nosotros. Hay momentos en los que no sabemos
cómo orar, por ejemplo, cuando la tristeza o la impotencia nos abruman hasta el
punto de que nos resulta imposible hablar, incluso al Señor. Cuando lo único
que podemos hacer es clamar al Señor Jesús, el EspÃritu Santo intercederá a
nuestro favor.
¡Qué
gran privilegio es tener al EspÃritu de Dios morando en nuestro corazón!
Oración
sugerida: Amado Padre Celestial, gracias una vez más, por dejarnos al Ayudador.
Me reconforta grandemente saber que no estoy sola, y saber que Tu EspÃritu
Santo siempre está para ayudarme, para guiarme, para reconfortarme, para
consolarme. Todo lo que tengo que hacer es estar consciente de Su presencia en mÃ
y clamar a Él. Gracias Señor, porque Tu EspÃritu intercede por mi cuando no sé qué
decir y solo puedo llorar. Gracias en el nombre de Jesús, Amén.
1.
Juan
14:26 (NTV).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Rosina N.
|