Encuentros Diarios
Junio 02, 2025
Buscando a Dios primero y con todo el corazón
Oh
Dios, tú eres mi Dios; yo te busco intensamente. Mi alma tiene sed de ti; todo
mi ser te anhela, cual tierra seca, sedienta y sin agua. Te he visto en el
santuario y he contemplado tu poder y tu gloria. Tu gran amor es mejor que la
vida; por eso mis labios te alabarán. Te bendeciré mientras viva y alzando mis
manos te invocaré. Mi alma quedará satisfecha como de un suculento banquete, y
con labios jubilosos te alabará mi boca.
Nos
gusta pasar tiempo con personas que disfrutan de nuestra compañÃa, pero ¿qué
pasarÃa si ellas solo lo hacen por conveniencia? Entonces, dejarÃamos de
disfrutarlo y, por supuesto, no querrÃamos ser ese tipo de "amigo".
Sin embargo, para ser sinceros, hay momentos en que nuestras interacciones con
Dios son más transaccionales que relacionales. Recibimos innumerables
bendiciones de su mano, pero pasamos por alto las recompensas de pasar tiempo
con Él. El amor debe de ser nuestra motivación principal para buscar al
Señor.
Hay
muchos tipos de bendiciones, pero a menudo pensamos en ellas en un sentido
material. Quienes seguÃan a Cristo hacÃan lo mismo.
Después
de alimentar a los cinco mil, el Señor dejó al descubierto esta actitud
materialista: "Les aseguro que ustedes me buscan no porque han visto
señales, sino porque comieron pan hasta saciarse" (Juan 6:26).
Muchos
de los que seguÃan a Cristo tenÃan sus ojos puestos en ver sus milagros y
recibir provisiones materiales. Pero Cristo querÃa que lo vieran como el Pan de
Vida que saciara todas sus necesidades.
La
mayor de todas las bendiciones de Dios no tiene nada que ver con la riqueza
material ni la posición social, sino con la cercanÃa de su presencia. Por eso
Él les enseño a sus discÃpulos..."Búsquenme primero a mÃ, y todas estas
cosas les serán añadidas".
¿Ha
puesto sus ojos en el Salvador por lo que Él le da o porque lo ama? El que ama
de verdad permanece con la persona amada siempre. Aprenda a amarlo a Él y solo
a Él, y todos sus anhelos serán satisfechos.
Oración
sugerida: Amado Padre Celestial, ayúdame a anhelar Tu presencia por encima de
todo lo demás, porque nada se compara con el gozo de estar contigo. Oh Dios, Tu
eres mi Dios y yo te busco intensamente. Mi alma tiene sed de Ti, todo mi ser
te anhela. Tu gran amor es mejor que la vida, por eso mis labios te alabarán
por siempre. En el
nombre de Jesús, Amén.
1.
Salmos
63:1-5 (NVI).
El Encuentro de hoy fue escrito por: Rosina N.
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