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Encuentros Diarios
Enero 24, 2020
Perdón
“No juzguen, y no serán juzgados; no condenen, y no serán condenados; perdonen, y serán perdonados.â€1
Un amigo me envió la siguiente ilustración: Uno de mis profesores hizo que cada uno de nosotros trajera una bolsa de plástico transparente y un saco de papas. Por cada persona a la que rechazamos perdonar lo que hicieron, se nos dijo que eligiéramos una papa, escribieramos en ella el nombre y la fecha, y luego ponerla en la bolsa de plástico.
Nos dijo entonces que lleváramos la bolsa con nosotros a todas partes por dos semanas, poniéndola al lado de nuestra cama en la noche, en el asiento de coche al conducir, al lado de nuestro escritorio en el trabajo, etc.
La molestia de arrastrar esto alrededor con nosotros nos hizo ver el peso que llevábamos a cuestas tanto espiritual como emocionalmente, y cómo tuvimos que prestarle atención todo el tiempo para no olvidarse de ella y para no dejarla en algún lugar.
Naturalmente, la condición de las papas se deterioró. Esto era una gran metáfora para el precio que pagamos al guardar nuestras envidias. ¡Muy a menudo pensamos en el perdón como en un regalo a la otra persona mientras que está claramente obvio que es para nosotros mismos!
Tal vez la próxima vez que usted decida que no puede perdonar a alguien, pregúntese, ¿no está mi bolsa bastante pesada?
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, por favor ayúdame a perdonar a todos los que me han lastimado y nunca alimentar el rencor—sin importar lo que los demás han hecho o han dejado de hacer—asà como tú siempre me perdonas. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, Amén.â€
1. Jesús (Lucas 6:37, NVI).
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