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Encuentros Diarios
Febrero 24, 2020
Cuenta tus bendiciones
“¡Cuán bueno, Señor, es darte gracias y entonar, oh AltÃsimo, salmos a tu nombre; proclamar tu gran amor por la mañana, y tu fidelidad por la noche.â€1
De acuerdo a Michael Shannon, “En Reed, Carolina del Norte, ustedes pueden encontrar al mina de oro Reed. Fue excavada por primera vez en 1799 cuando Conrad Reed descubrió una extraña roca en su granja. En 1802, un joyero de Fayeteville le ofreció a Reed $3.50 por la roca. Resulto que la roca era oro y valor real era de $3600 dólares. ¿Qué fue lo que Reed hizo con la roca por tres años? La usó para detener la puerta en su casa. ¿Cuántas veces no somos consientes del verdadero valor de las cosas?â€2
Yo no sé ustedes, pero yo me ciego fácilmente por todas las bendiciones que encuentro a mi puerta diariamente y tomo esto por concedido. Me temo que esto pasa especialmente en el mundo libre donde la mayorÃa de nosotros nunca hemos sufrido la persecución, experimentado el terrorismo personalmente, pasado hambres, el no tener un hogar, y por lo regular podemos satisfacer todas nuestras necesidades personales y obtener muchas de las cosas que deseamos—algunas veces cosas extravagantes. Tambien muy seguido olvidamos que la libertad de la que hoy gozamos se debe al alto precio que pagaron las generaciones anteriores—muchos de quienes dieron sus vidas para obtener nuestra libertad. Que pronto olvidamos que “el precio de la libertad es la eterna vigilanciaâ€, y que “bienaventurada es la nación cuyo Dios es Señor, el pueblo que él escogió como heredad para sÃ.â€3
Todos los dÃas hago el esfuerzo de agradecer a Dios por todas las bendiciones increÃbles que experimento cada dÃa. Como lo dice el coro del antiguo himno que cantábamos con gran entusiasmo y mucho ánimo en tiempos pasados:
Cuenta tus bendiciones, nómbralas una por una
Cuenta tus bendiciones, ¡mira lo que Dios ha hecho!
Cuenta tus bendiciones, nómbralas una por una,
Y te sorprenderá lo que el Señor ha hecho.4
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, por favor abre mis ojos al entendimiento para que deje de estar cegado a las bendiciones sin fin que me has dado todos los dÃas de mi vida. Más que nada te agradezco por la increÃble bendición que tú has dado a la humanidad—la bendición de dar a tu Hijo, Jesús, para que muriera en la cruz para pagar el precio de nuestros pecados y por tu regalo de perdón y de vida eterna. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, Amén.â€
1. Salmos 92:1-2 (NVI).
2. J. Michael Shannon, Fuente: Preaching.com http://tinyurl.com/2cxgrg
3. Salmos 33:12
4. Johnson Oatman, Jr.
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