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Encuentros Diarios

Mayo 05, 2015

“Yo (Jesús) les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones (tribulaciones), pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.â€�¹

Un lector de Encuentro Diario de un país tercermundista nos pregunta, “¿Podría por favor escribir un mensaje sobre la enseñanza de la prosperidad? Algunos ministros en América dicen que es un pecado el ser pobre y que cuando uno es prospero (tiene dinero) es porque esta bendecido.�

¿Increíble, no es así?

Si Dios me ha dado el don de ser un hombre de negocios y tener dinero, y puedo hacer esto honestamente, entonces yo diría que es mi responsabilidad el hacer dinero… no para indulgencias personales pero para poder dar generosamente y así apoyar el trabajo de Dios en la tierra. 

Sin embargo, yo, no tengo ese don o ese llamado. Tampoco tengo el don para recaudar fondos, así que para mí el financiar el trabajo de Dios ha sido un reto y probablemente lo será hasta el día que me retire o muera…¡el que llegue primero!

Sin embargo, hasta cierto grado he sido bendecido con la habilidad de la comunicación. Por lo tanto es mi responsabilidad el entrenarme en esta área y comunicar la verdad de Dios y el evangelio con lo mejor de mis habilidades. El no hacerlo sería un pecado para mi, ya que la Biblia dice, “Así que comete pecado todo el que sabe hacer el bien y no lo hace.â€�²

El decir que todos tenemos el don de hacer dinero o de comunicarnos efectivamente no es verdad—y, el proclamar que esto es verdad, pudiese llevar a muchos a dudar de las bendiciones de Dios en sus vidas. Lo mismo va para aquellos que son llevados a creer que es la voluntad de Dios el que todo cristiano debe de ser prospero financieramente.

Piensen en Jesús, por ejemplo. ¿Era él próspero? Para nada. ¿Fueron prósperos los doce discípulos? Mateo, el colector de impuestos, lo pudo haber sido pero fue a través de métodos cuestionables. Pedro y los otros pescadores y discípulos probablemente hacían lo suficiente para sobrevivir. Es verdad, Moisés venia de una familia apoderada, habiendo crecido en la casa del Faraón, pero él lo dejo todo para servir a Dios y guiar a su gente hacia Israel. Si, sin embargo, la prosperidad es la voluntad de Dios para todos, entonces llevemos este mensaje a las partes más pobres del mundo donde miles de personas mueren diariamente por malnutrición.

Pero el resto de nosotros, personas más ordinarias, hagamos lo mejor que podamos con los dones que Dios nos ha dado para ayudar a hacer de este mundo un mejor lugar en donde vivir.

Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, por favor permite que sea siempre un mensajero de tu verdad y que nunca me deje engañar por las falsas promesas de profetas falsos que dicen hablar en el nombre de Dios. Si alguna vez doy un mensaje falso, por favor déjamelo saber para que lo pueda corregir inmediatamente. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amén.â€� 

1. Juan 16:33 (NVI).
2. Santiago 4:17 (NVI).

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