|
Encuentros Diarios
Mayo 12, 2015
Odio el Dar Testimonio 2da Parte
“El Señor está cerca de quienes lo invocan, de quienes lo invocan en verdad.â€1
En una ocasión tuve la oportunidad de hablar enfrente de 300 estudiantes durante un seminario teológico. La mayorÃa, si no es que todos los estudiantes, habÃan sido entrenados para algún tipo de ministerio cristiano. Lo primero que dije al subir al estrado fue, “El titulo de mi mensaje el dÃa de hoy es, ‘Odio el dar testimonio.’†¡El silencio era impresionante y las miradas pudieran haber matado a alguien ….! Después de una breve pausa agregue, “¡Y les aseguro que la mayorÃa de ustedes también lo hacen ¡†Se escucharon algunas risas. Entonces pregunte, “¿Bien cuántos de ustedes aman el dar testimonio, lo encuentran algo fácil y lo hacen con regularidad? ¡Tres manos se levantaron! ¡Hubo bastantes risas!
Cada que he preguntado a un grupo de personas a cuántos de ellos no les gusta dar testimonio y temen hacerlo, la mayorÃa de las manos se levantan. Entonces es cuando parece haber un respiro de alivio por parte de la audiencia al darse cuenta de que no están solos en su batalla con el dar testimonies para Cristo.
Una razón por la que yo creo que muchos de nosotros tememos dar testimonio es porque muchos hemos sido instruidos por maestros que tenÃan el don de dar el evangelio personal, y ello nos enseñaron a dar testimonio de la misma forma en la que ellos lo hacen como si nosotros tuviésemos el mismo don. Eso es como un entrenador personal que no puede llevar el ritmo. Eso puede ser imposible, frustrante y nos hace sentir culpables. Además, no se a ustedes, pero a mà se me enseño a sentirme culpable si no hablaba de Jesús con alguien.
Regresando a mi oración en donde le dije a Dios que odiaba el dar testimonio y que iba a renunciar; yo agregue, “Sin embargo, Dios, si tu deseas usarme para compartir el evangelio, estoy disponible, pero lo vas a tener que hacer a través de mi porque tengo mucho miedo.â€
Unas horas después me encontraba sentado en un jet sobre el pacifico leyendo el libro de Hal Lindsey, The Late Great Planet Earth. TenÃa todo una fila de asientos para mà solo y durante el viaje un pasajero vino y se sentó a mi lado, se presentó y me preguntó que estaba leyendo. Después de que le dije que se trataba del regreso de Cristo a la tierra, él me preguntó si yo creÃa que Cristo regresarÃa de nuevo. Le dije que sÃ, a lo que él contestó, “¿Me puede hablar sobre su regreso?â€
¡Me fascina el dar testimonio de esta manera!
No estoy diciendo que este tipo de cosas pasan todo el tiempo. No es asÃ. Pero yo creo que este incidente en particular pasó porque yo estaba siendo honesto conmigo mismo y con Dios, y para verificar que Dios habÃa escuchado mi oración y ya estaba respondiendo.
El punto de partida con Dios siempre es la honestidad, “El Señor está cerca de quienes lo invocan, de quienes lo invocan en verdad.â€2
(Continuará).
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, Yo Tambien estoy disponible, pero te pido que lo hagas a través de mi porque yo también tengo miedo. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amén.â€
1. Salmos 145:18 (NVI).
2. Salmos 145:18 (NVI).
<:))))><
NOTA: El mensaje de hoy fue adaptado del libro, I Hate Witnessing (Un pequeño libro sobre la comunicación efectiva del cristianismo) por su seguro servidor Dick Innes. Para obtener una copia vaya a http://tinyurl.com/33kfbk. Disponible sólo en inglés.
|