| |
Encuentros Diarios
Junio 25, 2015
El Propósito de Dios No es el de Hacernos Buenos
“A este Cristo proclamamos, aconsejando y enseñando con toda sabidurÃa a todos los *seres humanos, para presentarlos a todos *perfectos en él. Con este fin trabajo y lucho fortalecido por el poder de Cristo que obra en mÃ.â€1
¡No tenemos que ser buenos solo por serlo!
De hecho, el ser bueno es nuestro peor enemigo. Lo fue para los fariseos. Su bondad externa fue solo una cubierta utilizada para evitar el enfrentar lo que eran por dentro. Jesús no aprobaba su religiosidad extrema. De hecho, se oponÃa a ella vehementemente.
Nos da una sensación de alivio el comprender que Dios no está interesado en las reglas pero si en las relaciones. Y su meta no es la de hacernos buenos, pero si la de hacernos completos; esto es, el sanarnos desde adentro hacia afuera. El resultado final será bondad, pero una bondad que viene de un corazón que ha sanado, y no por adherirnos a las reglas externas y las regulaciones dictadas por el legalismo.
Esto no es una excusa para actuar en forma pecaminosa o destructiva o ignorar las leyes de Dios las cuales son para nuestra protección. ¡Nunca! Como lo dijo el apóstol Pablo, “¿Qué concluiremos? ¿Vamos a persistir en el pecado, para que la gracia abunde? Por ningún motivo…â€2
Lo qué significa es que necesito crecer hacia la integridad y madurez al reconocer mis problemas internos, mis debilidades, y los problemas de mi carácter que están sin resolver y llevárselos no solo a Dios, pero también a un amigo y/o a un consejero de confianza para sanar y recuperarme. Como regla general, somos dañados (emocionalmente) en relaciones perjudiciales y conseguimos sanar (emocionalmente) en relaciones sanas. Como lo dijo Santiago, “Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanadosâ€3
Una vez más, la meta de Dios no es la de hacernos buenos, pero hacernos completos/enteros. Es el corazón lo que cuenta para él, no lo externo. Si todo lo que tengo es calidad externa, yo no soy mejor que los fariseos. También comprendo, que solamente al grado al que hemos sanado también lo será nuestro estilo de vida, nuestra actitud, nuestras acciones, nuestro comportamiento, y nuestras relaciones mejoraran.
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, por favor ayúdame a ver las partes quebradas de mi ser para podértelas llevar y asà me sanes. Enfréntame a mi realidad, sáname, y guÃame hacia la ayuda que necesito para lograr esto. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amén.â€
1. Colosenses 1:28–29.
2. Romanos 6:1 (NVI).
3. Santiago 5:16 (NVI).
<:))))><
|
|