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Encuentros Diarios
Julio 31, 2015
La vida está en la sangre
“Porque la vida de toda criatura está en la sangre. Yo mismo se la he dado a ustedes sobre el altar, para que hagan propiciación por ustedes mismos, ya que la propiciación se hace por medio de la sangre.â€1 “Después tomó la copa, dio gracias, y se la ofreció diciéndoles: —Beban de ella todos ustedes. Esto es mi sangre del pacto, que es derramada por muchos para el perdón de pecados.â€2
Según Douglas Starr, “para el final de la segunda guerra mundial, millones de militares le deberÃan la vida a la nueva ciencia—e industria—de la sangre y los productos de la misma. Apenas algunos años antes, nada de esto habrÃa sido imaginable. De no ser por una movilización a nivel nacional de las comunidades médicas, cientÃficas y militares al principio de la segunda guerra mundial, la necesidad por las transfusiones sanguÃneas de emergencia a gran escala no habrÃa sido posible.
“Una figura dominante en el esfuerzo fue un bioquÃmico de Harvard llamado Edwin Cohn. A partir del 1940 hasta el final de la guerra, Cohn dirigió un proyecto para analizar la sangre—la separaba en sus componentes más básicos para encontrar aquellos que serÃan los más útiles para el campo de batalla. Su trabajo hizo que la sangre de ser un lÃquido corporal se convirtiera en una materia nacional y lanzó asà una nueva rama dentro de la industria farmacéutica.
“En 1953, a la edad de 61, Edwin Cohn sufrió una embolia masiva y murió de una hemorragia cerebral. Poco después de la guerra, él habÃa dado los derechos del patente al proceso que él desarrolló. La sangre, pensó él, debe ser utilizada para el bienestar de la humanidad. Él nunca trató de sacar provecho de la situación.â€3
En los dÃas del Antiguo Testamento Dios declaró a los antiguos Israelitas que “la vida está en la sangre.†Y cuando Jesús vertió su sangre en la cruz del Calvario, él vertÃa su vida para la remisión (perdón) de sus pecados y los mÃos. Y él hizo esto libremente—sin recibir nada de nadie. Las noticias maravillosas son que ya que Jesús vivió una vida sin pecados, la muerte no podrÃa sostenerlo en el sepulcro. Y debido a la resurrección de Cristo todos los que le han aceptado como a su Salvador y recibido el perdón de Dios se levantará otra vez y vivirá por siempre con el Señor.
“¡Ese será un dÃa tan glorioso!â€
Si ustedes nunca han aceptado el perdón de Dios, lo pueden hacer hoy al orar algo tan sencillo como la siguiente oración: “Dios mÃo, confieso que soy un pecador y estoy arrepentido de todo el mal que he hecho. Creo que tu hijo, Jesucristo, murió en la cruz por mis pecados. Por favor perdóname. Te invito, Jesús, para que entres en mi corazón y mi vida como mi Señor y Salvador. Te entrego y confÃo mi vida a ti. Por favor dame el deseo de ser lo que quieras que sea y hacer lo que quieras que haga. Gracias por morir por mis pecados, por tu perdón y por el regalo de la vida eterna, y por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco, En el nombre de Jesús, Amén.â€
Si usted es sincere al pedir esta oración, por favor déjenoslo saber visitando http://www.actsweb.org/sp/decision_sp.php y nosotros le enviaremos sin costo alguno artÃculos que le ayudaran en su crecimiento espiritual. (Nota: tenemos una estricta polÃtica de privacidad y no compartiremos su información con nadie más.)
1. LevÃtico 17:11 (NVI).
2. Mateo 26:27-28 (NVI).
3. Una y otra vez en la segunda Guerra mundial, la sangre hizo la diferencia, por Douglas Starr, Smithsonitas, Marzo de 1995 páginas 125-138.
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