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Encuentros Diarios
Agosto 24, 2015
Atrévanse a ser honestos - 1ra parte
“Por eso, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros.â€1
Un lector del Encuentro Diario pregunta, “¿PodrÃa por favor escribir acerca de las devastadoras consecuencias del mentir? ¿Puede una persona caminar con el Señor y continuar mintiendo?
Cuando el Apóstol Pablo escribió a la iglesia en Corintios él tuvo que reprenderlos debido a su manera de vivir, que era todo menos el glorificar a Dios. Él los llamó los bebés en Cristo y cristianos carnales. Asà que, si una persona profesa ser un cristiano y es un mentiroso habitual, obviamente él no está viviendo en armonÃa con la voluntad de Dios, y es un cristiano carnal. Si él ha aceptado genuinamente a Jesús como su Salvador, él no perderá su salvación, sino que él perderá ciertamente en las bendiciones de Dios (tenga presente, sin embargo, que no todo el que profesa ser cristiano, lo es.)
Triste decirlo, muchos mentirosos habituales terminan creyendo sus propias mentiras. Han practicado este engaño por tanto tiempo que están viviendo en la negación y están ciegos al hecho de que son mentirosos. Este es un problema de carácter moral asà como una enfermedad patológica.
Como Pedro lo explica en su primera epÃstola, como cristianos, si vamos a crecer en la plenitud de nuestra salvación, entre otras cosas, debemos dejar de fingir ser buenos, y terminar con la falta de honradez, el engaño, y el fraude, que son todas diferentes formas de mentir.2
Desafortunadamente, muchos de nosotros que no nos atrevemos a decir una mentira verbalmente podemos actuar y vivir deshonestamente. Por ejemplo, cuando actuamos constantemente en cierta forma en lo exterior pero sentimos lo contrario en el interior, también, estamos viviendo una mentira. Algunos de nosotros hemos hecho esto por tanto tiempo que no tenemos ni la menor idea de que estamos viviendo en la negación. Al obrar asÃ, sin embargo, cubrimos nuestro dolor interno con una máscara y fingimos ser algo que no somos. Esto mata las relaciones cercanas y la intimidad, porque podemos solamente ser amados y aceptados al grado al que nos conocen. No importa a cuantas personas les ‘guste’ mi máscara, nunca me hará sentirme amado porque mi máscara no soy yo. La proximidad y la intimidad pueden venir solamente de ser reales, abiertos, honestos, y auténticos.
Y la clase de honradez que Dios desea de todos nosotros es honradez del corazón, que significa ser genuino, real, y auténtico asà como lo fue Nataniel, uno de los discÃpulos de Jesús. Cuando Jesús vio a Nataniel que se le acercaba, dijo de él: He aquà un verdadero israelita, en quien no hay engaño.â€3
Continuará…
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, por favor ayúdame a ser honesto de corazón para asà ser conocido como alguien en quien no hay engaño o falsedad. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesucristo, Amén.â€
1. Efesios 4:25 (NVI).
2. Vea 1 Pedro 2:1-2 en The Living Bible.
3. Juan 1:47 (NVI).
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