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Encuentros Diarios
Septiembre 09, 2015
El perdón—segunda parte
Perdón: El poder que sana
“Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mÃ? ¿Hasta siete? “Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.â€1
Hace algunos años durante una visita al Parque Yellowstone, un escritor observó que el único animal con quien el oso pardo compartÃa sus alimentos era con un zorrillo. No era que el oso quisiera compartir su comida, pero fue su elección. Con un zarpazo de su poderosa garra podrÃa haber aplastado al zorrillo. ¿Asà que porque permitió que el zorrillo comiera con él?
Porque conocÃa el alto precio que pagarÃa.
Un oso muy inteligente.
Sin duda alguna el aprendió de mala manera. Es extraño que nosotros los humanos no seamos tan inteligentes. Algunas veces llevamos rencores por años, muy seguido los reprimimos en alguna parte de la memoria, y terminamos lastimándonos a nosotros mismos más que a las personas a las que nos gustarÃa lastimar. Y no podemos ver lo dañino que esto es para el espÃritu.
Los médicos y los consejeros atestiguan igualmente al daño hecho por un espÃritu que no sabe perdonar. Algunos médicos estiman que la mayorÃa de las enfermedades que tratan se relacionan con problemas emocionales tales como resentimiento, que es una carencia del perdón. Y los consejeros ven las raÃces de la amargura reflejadas en la depresión, la ansiedad, y relaciones destruidas.
Leà un informe de un asombroso paciente a quien su doctor le dijo: “Si usted no corta sus resentimientos, puede que yo tenga que cortarle una parte de su zona intestinal.â€
Afortunadamente, el hombre tomó el consejo del doctor. Él habÃa estado guardando un resentimiento amargo contra un antiguo socio de negocios. Él fue a ver a este hombre, resolvió sus diferencias, y lo perdonó. Cuando él volvió al doctor, su condición fÃsica se habÃa aclarado.
Por supuesto que ese consejo no es nuevo. El médico más grande que ha vivido, Jesucristo, precisó hace 2,000 años la importancia del perdón. Cuando él nos animó diciendo “perdonen setenta veces siete,†él pensaba tanto en nuestro bienestar emocional y fÃsico asà como en el espiritual. En su libro, ‘Ningunas de estas enfermedades’, el Dr. S. I. McMillen divulgó que un espÃritu que sabe perdonar podrÃa salvarnos de “colitis ulcerativa, de bocios tóxicos, de la tensión arterial alta, y una cantidad de enfermedades†incluyendo úlceras, asma, artritis, neuro-dermatitis, y dolencias del corazón—posibles efectos del resentimiento.
Continuará … ¡Porque el perdón no es un evento, es un proceso!
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, si existe algún resentimiento o algo sin perdonar en mi corazón, por favor confróntame con esta realidad, y ayúdame a resolver todas mis emociones negativas para poder libremente perdonar a los demás asà como tú me has perdonado. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesucristo, Amén.â€
1. Mateo 18:21-22 (NVI).
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