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Encuentros Diarios
Octubre 17, 2016
Lideres tóxicos
“Cuiden como pastores el rebaño de Dios que está a su cargo, no por obligación ni por ambición de dinero, sino con afán de servir, como Dios quiere. No sean tiranos con los que están a su cuidado, sino sean ejemplos para el rebaño.â€1
Un lector de Encuentro Diario nos pide: ¿PodrÃa por favor dar una lección sobre el abuso espiritual en la iglesia? ¿Algo sobre pastores que en vez de pastorear a sus rebaños los censuran y los oprimen? Y como los fariseos, conocen la palabra mas no el espÃritu.â€
Desgraciadamente existen algunos lÃderes legalistas que usan una culpa falsa para controlar a los demás. Cuando la iglesia temprana cayó en el legalismo, Pablo les preguntó, ¿Quién los ha hechizado a ustedes?â€2
Las personas que tienen la necesidad de controlar a los demás, ya sea en la iglesia o alguna otra parte, son muy inseguros e inmaduros. Ellos obtienen un sentido falso de la seguridad solo cuando sienten que están en control de aquellos bajo su mando o a su alrededor. Mientras que esto es una enfermedad emocional, afecta espiritual y emocionalmente a aquellos a los que tratan de controlar, y puede ser psicológicamente dañino para ellos.
Aun mas, cuando los lideres controlan a los demás, ellos están jugando el papel de Dios y del espÃritu de Dios en las vidas de los demás.
Sin embargo, cuando nosotros (los adultos) permitimos ser controlados por otros en vez de entregarnos al control o dirección del espÃritu de Dios—y dependemos en otros para que nos digan lo que debemos o no de hacer—actuamos como niños que necesitan la figura paterna para nuestra propia seguridad. Y al hacerlo, nos convertimos en parte de la enfermedad de la persona controladora. De esta manera no tenemos que pensar por nosotros mismos o aceptar la responsabilidad por nuestras decisiones, y podemos culpar a alguien más por nuestras malas decisiones. Hacemos esto debido a nuestras propias inseguridades e inmadurez.
Mientras que no podemos cambiar a los demás, con la ayuda de Dios nos podemos ayudar a nosotros mismos, y no permitir que otros nos controlen. Esa es nuestra responsabilidad.
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, gracias porque puedo depender en ti y en tu palabra, la Biblia, para que me muestre la manera sana de vivir, de orar y de relacionarme con los demás. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesucristo, Amén.â€
1. 1 Pedro 5:2-3.
2. Gálatas 3:1.
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