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Encuentros Diarios
Noviembre 02, 2016
Viejas bombas
“Si se enojan, no pequen. No dejen que el sol se ponga estando aún enojados, ni den cabida al diablo.”1
En Junio de 1987 trabajadores en un sitio donde se construía un edificio en Londres golpearon una pipa de hierro fundido con la maquinaria de excavación. Después de excavar la pipa - y ponerla en el suelo—se dieron cuenta de que sospechosamente parecía una bomba.
¡Lo era! Resultó ser una bomba de una tonelada de la 2da. Guerra Mundial una de las más grande que los alemanes usaron durante los bombardeos que mataron a 15.000 Londinenses. El área fue evacuada y a la unidad de disposición de bombas le tomó 18 horas para desarmarla.
Las emociones que llevamos guardadas sin resolver tales como cólera, odio, el no perdonar, resentimiento, vergüenza, culpabilidad, y pena pueden ser como bombas enterradas y pueden ser accionadas y ser detonadas fácilmente. No es ninguna sorpresa que Pablo nos aconsejó que nunca nos fuéramos a dormir estando enojados y Pedro nos haya dicho que nos libráramos de tales emociones. Para hacer esto necesitamos sacarlos fuera y desactivarlos al expresarlos en un lugar seguro… de una manera creativa… a un amigo o a un consejero de confianza… o escríbalos como David hizo a menudo en los Salmos. Lo importante es sacarlos de nuestro pecho y no guardarlos dentro.
Para curar emociones negativas necesitamos sentirlas. Para resolverlas necesitamos volverlas a vivir. Es decir, necesitamos traer a la memoria consciente los recuerdos de las experiencias que nos han hecho daño para así poder sacarlas a la superficie y puedan ser expresadas y resueltas. El guardarlas dentro es como enterrar viejas bombas, es un camino muy peligroso a seguir.
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, gracias por tu Palabra, la Biblia, la cual nos da instrucciones practicas para vivir de una forma creativa y saludable. Por favor ayúdame a seguir tus instrucciones y a enfrentar esas bombas de energía negativa que llevo enterradas y ayúdame a resolverlas de forma creativa para no explotar en contra de los demás. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesucristo, Amén.”
1. Efesios 4:26.
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