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Encuentros Diarios
Noviembre 09, 2016
Largos sufrimientos contra sufrimientos largos
“En cambio, el fruto del EspÃritu es amor, alegrÃa, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas.â€1
A un hombre al que llamaré Jerry, su esposa le habÃa pedido el divorcio hacia ya veinte años. Ella se habÃa vuelto a casar con otro hombre. Pero Jerry aun vivÃa bajo la ilusión de que ella volverÃa a él.
En vez de crecer a través del largo sufrimiento, Jerry aun llora en sufrimiento a pesar de todo este tiempo… lo que le ha robado la paz y la felicidad y no lo ha dejado continuar con su vida (y crecer)—y hace que este tipo de sufrimiento sea inútil. El propósito que Dios tiene para el sufrimiento es que nos ayude a crecer, a aprender a ser pacientes, a ser mejores, más saludables y a ser unas personas realizadas y en paz con nosotros mismos.
Un sufrimiento largo es cuando podemos cambiar nuestras circunstancias (o por lo menos nuestra actitud), pero seguimos hacienda lo que hemos hecho hasta el momento y esperamos resultados diferentes. Pero como lo dice el refrán, “Nada puede cambiar si nada cambia.â€
Por desgracia, cuando estamos ciegos a la realidad de lo que nosotros contribuimos a la situación en la que estamos y seguimos esperando a que cambie, por lo regular continuamos haciendo lo que habÃamos estado haciendo hasta el momento. Y después mientras permanecemos en nuestro dolor jugamos el juego de las excusas, el juego de la racionalización y/o el juego de la culpa … culpando a otros, Dios o al diablo por nuestras desgracias y miserias—pero fallamos en el hecho de que no tomamos la responsabilidad personal de cambiar por nosotros mismos.
¿Y cómo lo sé? He estado all×lo he hecho. Como quisiera que me hubiesen enseñado esa lección en la escuela dominical—o en el colegio.
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, en las palabras de alguien más, ‘Concédeme la serenidad de aceptar a las personas a las que no puedo cambiar, el calor de cambiar a la persona que puedo cambiar y la sabidurÃa de poder saber que esa persona soy yo.’ Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesucristo, Amén.â€
1. Gálatas 5:22-23.
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