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Encuentros Diarios
Diciembre 08, 2016
Mi regalo para la reina
“El Rey les responderá: "Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mÃ.â€1
He escuchado que la reina Mary hacia visitas regulares a Escocia durante el verano, y como, “en una ocasión ella caminaba con un grupo de niños en edad escolar. De repente el cielo se torno gris y pesadas nubes aparecieron. La reina se detuvo en una casa cercana y preguntó si podÃan prestarle un paraguas. Le dijo a la dueña de la casa, ‘mañana se la enviaré de regreso.’
La dama no estaba muy segura de prestarle el paraguas nuevo a una extraña, pero recordó que tenÃa una viejo en el ático. Una de las rejillas estaba quebrada y tenÃa varios hoyos, pero sin embargo con una débil disculpa se la entregó a la dama que se encontraba al frente de su puerta.
“Al siguiente dÃa alguien toco a la puerta. En esta ocasión, cuando ella abrió la puerta, un hombre de cabello dorado estaba frente a ella con un sobre en la mano. ‘Me envÃa la reina,’ dijo él ‘y me pidió que le diera las gracias por el paraguas.’ Por un momento la mujer permaneció sin poder moverse—sin poder hablar, pero de repente rompió en llanto. Finalmente dijo, ‘O, que gran oportunidad perdà por no haberle dado lo mejor que tenia.â€
¡Qué vergonzoso! Pero cuantas veces, me pregunto, no le doy a Jesús lo mejor de mà … ¿o tal vez le he dado lo que me sobra?
En mi juventud … dÃas en los que no tenÃa tanta táctica como ahora … cuando era un pastor de una pequeña iglesia, como no tenÃamos un conserje, yo limpiaba la iglesia. La aspiradora que tenÃamos no trabajaba muy bien y me dije a mi mismo, “Te apuesto que uno de los miembros la donó a la iglesia porque ya no le servÃa.â€
En la siguiente junta informe de esto a los oficiales de la iglesia. O, hubo un gran silencio. Estaba en lo correcto. HabÃa sido un regalo de una de las familias en la iglesia. ¡Como siempre bromeo, mi comentario fue recibido como lo hubiese sido una chuleta de puerco en una sinagoga! ¡Pero obtuvimos una aspiradora nueva!
No demos a Jesús el rey de reyes nuestros paraguas rotos o lo que nos sobra—ya sea tiempo, talentos, regalos o dinero. Démosles nuestros primeros frutos—no nuestros últimos.
En las palabras del antiguo himno:â€Dale lo mejor de ti al maestro; dale el primer lugar en tu corazón; dale el primer lugar en tus servicios. Consagra cada parte … dale lo mejor que tengas.â€2
Se sugiere la siguiente oración: “Dios mÃo, al dar gracias por el regalo de tu gran amor hacia mà y tu gran salvación, permite que siempre tenga la gracia para darte lo mejor que tengo para darte. Gracias por escuchar y responder a mi oración. De todo corazón en el nombre de Jesús, Amén.â€
1. Mateo 25:40 (NIV).
2. Sr. Charles Barnard.
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