| |
Encuentros Diarios
Diciembre 16, 2016
Reconciliación o un amor duro
“Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allà recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allà delante del altar. Ve primero y reconcÃliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda.â€1
De una oficina nos contaron que ellos tenÃan una maquina contestadora la cual instruÃa a quienes llamaban a que dejaran su nombre, dirección y a que deletrearán cualquier palabra que fuera difÃcil.
Un lunes por la mañana cuando la secretaria estaba revisando los mensajes del fin de semana, ella escuchó a una joven muy entusiasmada que dejo su nombre y dirección y después en todo confidente dijo, “la palabra que me es difÃcil es reconciliación: R-E-C-O-N-C-I-L-I-A-C-I-O-N.â€2
Una lectora de Encuentros Diarios (a quien llamaremos Frida) sabe lo difÃcil que puede ser la reconciliación. Ella vive cerca de sus padres y nos platicó sobre lo emocionalmente abusivos y crÃticos que han sido con ella y su hija. Ella ha tratado hasta lo imposible por perdonarlos y llegar a la reconciliación, pero nada ha funcionado. Aún peor, ellos no admiten que son abusivos. Ella siente que si se separa de ellos esto los “matarÃa.â€
Es verdad es que no los matarÃa. Y, si ellos actúan como si eso fuese a pasar y lloran diciendo, “pobre de mà … ¿cómo nos puedes tratar asÃ? Esta serÃa solamente otra forma de manipulación.
Frida puede sentir que esto la matarÃa, porque en ocasiones proyectamos a los demás aquello de lo que estamos temerosos que nos suceda. Si ella tolera el comportamiento abusivo hacia ella y su hija, ella está siendo parte de la enfermedad, y esto tal vez la mate antes de tiempo. Tal estrés puede quitarle (y lo hace) años a nuestra vida.
El perdón, como lo hemos dicho antes, depende de nosotros. Eso es lo que lo hace posible y lo que nos libera. La reconciliación es el ideal pro el cual hay que trabajar, pero algunas veces no es posible, y esto depende de las dos partes involucradas.
Para liberarnos de las personas abusivas que nos intoxican, necesitamos tener unos lÃmites sanos, practicar el amor duro, y dejarles muy claro a estas personas que: (1) que no apreciamos la forma crÃtica, juiciosa y/o abusiva en la que nos tratan; (2) que no lo toleraremos más; (3) que si esto sucede tan solo una vez más, nos distanciaremos de ellos; y (4) no tendremos ningún contacto con ellos hasta que ellos decidan tratarnos de una forma amable y cariñosa.
Y, por supuesto, necesitamos estar absolutamente seguros de siempre tratarnos de una forma amable y cariñosa. Mantengan en mente, también, que lo mejor que se pueden hacer con las personas toxicas es alejarnos de ellas—por su bien y el de ellos.
Si nos distanciamos de ellos, ellos tal vez cambien o no la forma en la que nos tratan, pero mientras nosotros no practiquemos el amor duro, y mantengamos unos lÃmites sanos en vez de seguir aceptando el abuso, podemos estar seguros de que ellos continuaran abusando de nosotros.
Lo que los demás hagan es su propia decisión. Lo que nosotros permitimos que ellos nos hagan es nuestra elección. Recuerden que en la mayorÃa de las ocasiones Jesús fue gentil y compasivo. Pero cuando era necesario, el habló en forma fuerte a los falsos lÃderes religiosos. Usó un látigo para sacar del templo a los vendedores que utilizaban la casa de Dios para aprovecharse de los demás. Y él dijo acerca de los niños; “pero si alguien hace pecar a uno de estos pequeños que creen en mÃ, más le valdrÃa que le ataran al cuello una piedra de molino y lo arrojaran al mar.â€3
Palabras duras. Amor duro. Nosotros Tambien, necesitamos amar las cosas que Dios ama y odiar las cosas que el odia—y Dios aborrece todo lo que es destructivo para aquellos a los que él ama. ¡Nosotros!
Se sugiere la siguiente oración: “Dios mÃo, por favor dame el valor para enfrentar a las personas abusivas y la fortaleza para no permitirles que me lastimen y/o lastimen a mis hijos. Ayúdame a siempre saber lo que tú harÃas y dame el valor para hacerlo. Gracias por escuchar y responder a mi oración. De todo corazón en el nombre de Jesús, Amén.â€
1. Mateo 5:23-24 (NASB).
2. De Michael Bledsoe beau@bledsoe.com
3. Marcos 9:42 (NKJV).
<:))))><
|
|