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Encuentros Diarios
Diciembre 22, 2016
Navidad: Un llamado a recordar – primera parte
“Se le apareció en sueños un ángel del Señor y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a MarÃa por esposa, porque ella ha concebido por obra del EspÃritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.â€1
En su libro, Un cuarto llamado recuerdo, Fredrick Buechner habla de las grandes nevadas en New York City en el invierno de 1947. Al principio no parecÃa diferente de ninguna otra tormenta de nieve. Los copos de nieve flotaban suavemente que el viento los moviera. Nevó todo el dÃa. Gradualmente las aceras, los coches estacionados y los edificios fueron cubiertos con una manta blanca. Las calles estaban fangosas. Los comerciantes estaban al frente de sus negocios y con sus palas intentaban despejar el camino a la entrada. Y la nieve continuó abatiendo. Las maquinas para remover la nieve no podÃan darse abasto. Por lo tanto, el tráfico casi quedo paralizado. Los negocios cerrados temprano y la gente hs personas hicieron lo posible por llegar a casa antes del anochecer.
A la mañana siguiente la bulliciosa ciudad de Nueva York era una ciudad totalmente diferente. Los coches abandonados fueron enterrados por la nevada. Nada con llantas podÃa moverse. Los patinadores se deslizaban graciosamente por la avenida. Sin embargo, la transformación más llamativa, era el silencio. Los únicos sonidos eran el murmullo de las voces y el replicar de las campanas de las iglesias. La gente escuchaba porque era imposible no hacerlo. Y nuestro mundo raramente escucha—ya sea Nueva York o Toronto, Londres o Los Ãngeles, SÃdney o Singapur—a menos que una crisis de gran magnitud detenga la marcha a toda velocidad de nuestra sociedad y nos obligue a deteneros.
Excepto, quizás, como Buechner precisa, en el tiempo de Navidad cuando es imposible no parar y detenerse a escuchar. Los comercios aumentan a un paso acelerado. Los villancicos se escuchan por doquier sobre el ruido del tráfico. Las campanas replican. Papá Noel (Santa) vestidos de rojo caminan por las calles de Chicago, mientras que sus contrapartes se frÃen bajo el calor de Melbourne. Entonces, repentinamente, la noche cae en la vÃspera de Navidad. La última tienda cierra sus puertas. Se acaba todo el bullicio. Todo está en silencio—durante un corto dÃa.
Este año no se pierdan el silencio. Tomen tiempo para escuchar. Deténganse y escuchen el verdadero mensaje de la Navidad que, sobre todas las cosas, es un llamado a recordar que Dios no nos ha olvidado, sino al contrario está vitalmente implicado en los asuntos de la humanidad. Hace dos mil años él vino a la tierra en persona para salvarnos de nuestros pecados.
Asà cuando el dÃa de Navidad se acerca, les pido que se detenga brevemente por apenas un momento y escuche—escuchen con su corazón—a la palabra de Dios: “La virgen estará con el niño y dará a luz a un hijo, y lo llamarán Emmanuel [que significa] “Dios está con nosotros.â€2
Se sugiere la siguiente oración: “Dios mÃo, como podre agradecerte lo suficiente por el regalo de tu gran amor hacia el mundo—el mejor regalo de Navidad que pudiera recibir—el regalo de tu Hijo, Jesús, quien vino a este mundo como un bebé para vivir y después morir por mis pecados para que yo pueda recibir el regalo del perdón y de la vida eterna para vivir contigo en el cielo para siempre. De todo corazón en el nombre de Jesús, Amén.â€
1. Mateo 1:20-21 (NIV).
2. IsaÃas 7:14 (NKJV).
P.S. Como saber que es cristiano autentico, sin tener que ser religioso.
http://www.actsweb.org/sp/conocer_a_dios1.php.
<:))))><
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