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Encuentros Diarios
Diciembre 29, 2016
Tentaciones
“Todo lo contrario, cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen.â€1
Tentación. Nos pasa a todos. Puede venir directamente del diablo, de alguno de sus seguidores, a través de un amigo o de dentro de uno mismo.
Todos estamos abiertos a la tentación para, como una pelota sobre el césped que tenga un peso que la haga deslizarse en curva alejándose de la meta, nosotros todos tenemos un peso semejante que, a menos que esté vigilado, nos puede causar que nos salgamos del camino y no veamos la marca de la meta que Dios tiene para nosotros. Este peso es nuestra naturaleza pecadora con la que todos hemos nacido.
¿Cómo nos podemos defender en contra de la tentación?
Primeramente como lo sugiere el autor Max Lucado en su libro, en el yunque, hay dos estrategias muy simples para protegernos contra pecado y la tentación. El primero es reconocer a Satán. Muy a menudo, caemos en el pecado porque parece tan atractivo, tan satisfaciente, tan oportuno en ese momento. Asà que encontramos maneras de racionalizar nuestras acciones y de excusar nuestras actitudes. En vez de eso, debemos ser como Jesús en el desierto y llamar a Satán por nombre. No más tratar de encubrir la verdad. No intenten disminuir el poder del pecado. Llámelo cuál es.
En segundo lugar, podemos resguardar en contra de algunas tentaciones al cerciorarnos de llenar nuestras necesidades reales en forma legÃtima. Por ejemplo, después de ayunar por cuarenta dÃas, Jesús tenÃa hambre. Éste es el momento cuando Satán tentó a Jesús pidiéndole que convirtiera las piedras en pan. Satán tiene siempre una manera de tentarnos en nuestro punto más débil y/o de mayor necesidad. Otro ejemplo, muchos solteros cuando se sienten solos, en vez de resolver de manera sana sus necesidades de compañÃa, buscan al sexo como a un pobre substituto del amor.
Tercero, comprender que la salvación de Dios comienza en el punto donde aceptamos a Jesús en nuestras vidas como nuestro salvador y señor7mdash;y mientras que crecemos en integridad y madurez. Como Jesús preguntó a menudo, “¿usted desea ser integro?†La integridad es un requisito para la vida sana, porque solamente al grado en que seamos Ãntegros asà también lo será nuestra forma de vida, nuestras acciones, nuestros pensamientos (el punto por donde comienza la tentación), nuestro comportamiento, y nuestras relaciones serán sanas.
Cuarto, caminar Dios. El crecimiento en integridad es un largo proceso, asà que mientras tanto para evitar caer en la tentación, necesitamos no sólo cerciorarnos de que consigamos resolver nuestras necesidades de maneras sanas, pero también caminar con Dios. Es decir, necesitamos saber lo que enseña su palabra leyéndola y estudiándola fielmente, y necesitamos entregar y confiar nuestra vida a Dios diariamente, y buscar su guÃa para asà ayudarnos a vivir una vida que lo glorifique en todos que somos y lo que hacemos.
Quinto, llénese del espÃritu de Dios quien nos da la sabidurÃa para reconocer la tentación por lo que es y el poder para vencer sus ataques.
En sexto lugar, ore. A veces una simple oración tal como, “ayúdame Dios ayúdame,†puede ser el mejor antÃdoto en contra de los fascinantes encantos de la tentación.
Por último, cuando caemos dentro de la tentación y el pecado, recuerden que Dios dice, “Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad.â€2 Lo importante es levantarse, poner las cosas bien cuando sea necesario y posible, y continuar.
Se sugiere la siguiente oración: “Dios mÃo, gracias por que a través de tu gran salvación me has dado un escape para no caer en la tentación. Ayúdame a continuar creciendo en fe, amor, madurez e integridad, y lléname con tu espÃritu santo para poder tener la fuerza de vencer a la tentación. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Con toda alegrÃa en el nombre de Jesús, Amén.â€
1. Santiago 1:14 (NASB).
2. 1 Juan 1:9 (NKJV).
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