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Encuentros Diarios
Junio 01, 2020
Señor, ten piedad
âAl salir JesĂșs y sus discĂpulos de JericĂł, lo seguĂa una gran multitud. Y dos ciegos que estaban sentados junto al camino, cuando oyeron que JesĂșs pasaba, clamaron, diciendo: --ÂĄSeñor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!â1
Por el caliente y polvoriento camino a JericĂł, caminando sus discĂpulos y una multitud de seguidores alrededor de Ă©l, JesĂșs intentaba moverse a travĂ©s de JericĂł. En la distancia dos hombres ciegos se encontraban sentados a un lado del camino. PreguntĂĄndose a que se debĂa toda la conmociĂłn a su alrededor, preguntaron que es lo que sucedĂa.
âCreo que es el hombre al que llaman JesĂșs â ese religioso poco ortodoxo,â oyeron decir a alguien. âDicen que Ă©l va en contra de muchas de nuestras tradiciones religiosas y los lĂderes lo odian debido a eso. Pero Ă©l tambiĂ©n cura a gente de toda clase de enfermedades. SerĂĄ grandioso escucharlo. Ăl viene hacia acĂĄ.â
Los hombres ciegos sabĂan todo sobre JesĂșs pero nunca lo habĂan âvistoâ asĂ de cerca antes. âEsta es nuestra oportunidad,â se dijeron el uno al otro. De alguna manera sabĂan que Ă©sta podrĂa ser la Ășnica oportunidad de estar cerca de este hombre al que todos llaman JesĂșs. Ăl pasarĂa exactamente frente a ellos.
Al sentir que la muchedumbre se acercaba ellos presintieron que JesĂșs estaba en alguna parte cerca, y gritaron con todas sus fuerzas, âÂĄSeñor, hijo de David, ten misericordia de nosotros!â
La muchedumbre los criticĂł e intentĂł callarlos, pero con la dignidad lanzada al viento, gritaron aĂșn mĂĄs fuerte, âÂĄSeñor, hijo de David, ten misericordia de nosotros!â
ÂĄY JesĂșs se detuvo! Palabras asombrosas. AcciĂłn asombrosa. El hijo de Dios se detuvo.
ÂĄImagĂnenselo! Los vientos y las ondas no habĂan podido detener a JesĂșs. Las muchedumbres no podĂan bloquearlo. Los soldados romanos no tenĂan ningĂșn poder sobre Ă©l sin su permiso. El Rey Herodes no pudo matarlo cuando Ă©l era aĂșn bebĂ©. Y los lĂderes religiosos no podĂan silenciarlo. Pero el grito de dos ciegos hizo que el Hijo de Dios se detuviera en su andar. ÂĄY escuchara!
âSeñor, ten misericordia de mi,â es un grito que Dios siempre escucha y por el cual JesĂșs siempre se detiene y escucha, y nos dice a travĂ©s de su palabra, âÂżQuĂ© quieren que haga por ustedes?â
âSeñor,â contestaron, âdeseamos nuestra vista.â
Y JesĂșs, siendo movido por la compasiĂłn, tocĂł sus ojos. Inmediatamente recuperaron la vista y lo siguieron.
âSeñor, ten misericordia de mi,â es un grito que Dios siempre escucha y por el cual JesĂșs siempre se detiene y escucha, y nos dice a travĂ©s de su palabra, âÂżQuĂ© quieren que haga por ustedes?â
Se sugiere la siguiente oraciĂłn: âQuerido Dios, gracias porque los dos ciegos tuvieron el poder de detenerte y tu tuviste el poder de sanarlos. AyĂșdame a ver mis necesidades tan profundas y a confesĂĄrtelas. Ten misericordia de mĂ y perdona todos mis pecados y concĂ©deme la sanaciĂłn que mi alma necesita asĂ como el regalo de la vida eterna. Gracias por escuchar y responder a mi oraciĂłn. Te agradezco. En el nombre de JesĂșs, amĂ©n.â
NOTA: Por mas ayuda lea, âComo saber que es un cristiano autenticoâ en: http://www.actsweb.org/sp/conocer_a_dios1.php.
1. Mateo 20:29-30 (NVI).
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