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Encuentros Diarios
Diciembre 23, 2014
La Gloria de la Navidad - Segunda Parte
"Más Dios muestra su amor para con nosotros en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros" (Romanos 5:8).
En el Encuentro Diario de ayer hablábamos sobre la historia de un hombre llamado Angus McGallivray, cuyo ejemplo extraordinario transformó durante la Segunda Guerra Mundial el infierno que era un campamento japonés de prisioneros en un lugar donde se preocupan los unos por los otros. Esta transformación significó la supervivencia de muchos de ellos y todo debido a que un hombre, Angus McGallivray, dio su vida para salvar a su “mucker†(compañero de prisión).
Que ilustración tan poderosa del hecho de que una sola persona puede hacer la diferencia y lo que puede pasar cuando uno da su vida por alguien más. Como lo enseña la Biblia, “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.â€2 Y que manera tan poderosa de recordarnos sobre el que dió su vida por todos nosotros—el Señor Jesucristo, el Hijo de Dios—quien bajo de sus palacios en el cielo, puso a un lado sus túnicas de deidad, se transformó en un ser humano para identificarse con nosotros cuando llegó al mundo aquella primera navidad hace 2,000 años. Y asi convertirse en nuestro Salvador para morir por nuestros pecados y asà salvarnos del infierno y no perder la eternidad.
Algunos dicen, ¿si Dios es un Dios de amor como es que puede mandar a alguien al infierno? La realidad es que Dios no manda a nadie al infierno con la excepción de Satanás y su horda de demonios para quienes se creó el infierno. Si nos vamos al infierno es solo la consecuencia natural de nuestros pecados. Nosotros solos nos enviamos allÃ.
Déjenme ilustrarles. Al brincar de una torre altÃsima la consecuencia natural será que me mate. Será el resultado de tratar de retar la ley de la gravedad, la ley que mantiene al universo unido. Yo no puedo romper esta regla. Si lo intento, me romperá—fÃsicamente.
También existe una regla moral o espiritual que gobierna al universo que es tan real como la ley de la gravedad. Esta regla tampoco puede romperse sin tener consecuencias naturales. Si trato de romperla, me rompera—espiritualmente. De acuerdo a la palabra de Dios, la Biblia, las consecuencias por romper la ley moral es la muerte; esto es, la muerte espiritual la cual es seguida de la muerte fÃsica, con la separación eterna de Dios, el autor del amor y la vida—y eso serÃa un infierno.3
Porque todos hemos pecado, estamos espiritualmente muertos, y en consecuencia, separados de Dios quien es un Dios de infinita pureza en cuya presencia no puede existir pecado alguno y ningún pecador puede sobrevivir. Sin embargo, porque Dios es un Dios de amor, él ha creado una manera de escapar para todos los que ponen su fe en él. La respuesta estará en el Encuentro Diario de mañana.
Se sugiere la siguiente oración: "Querido Dios, gracias por ser Dios y no un dios creado por humanos o el resultado de la imaginación de un hombre. Gracias, también por ser un Dios de infinita pureza y justicia perfecta; de otra manera nunca serias Dios. Y gracias por ser un Dios de amor por haber creado una manera de escapar del castigo eterno que tu pureza y justicia demandan. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen."
Notas al final de Parte tres.
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