| |
Encuentros Diarios
Diciembre 24, 2014
La Gloria de la Navidad - Tercera Parte
“De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en él, no perezca, sino que tenga vida eterna†(Juan 3:16, NVI).
Al relatarles la historia de un hombre llamado Angus McGillivray, cuyo ejemplo transformó el infierno que era el campamento de prisioneros japonéses durante la Segunda Guerra Mundial en un lugar donde todos se preocupan por los demás, indicamos que porque todos hemos pecado, estamos espiritualmente muertos, y en consecuencia, separados de Dios quien es un Dios de infinita pureza en cuya presencia no puede existir pecado alguno y ningún pecador puede sobrevivir.
Esa era la mala noticia.
La buena noticia es que existe una ley mayor que la ley de la gravedad—la ley de aerodinámica—también hay una ley mayor que la ley del pecado y de la muerte (que son el resultado de romper la ley de la moral). Es la ley del EspÃritu de vida que Dios nos dio a través de su amor al dar a su Hijo, Jesucristo, para que viniera al mundo como un bebé que nació en Belén una navidad hace 2000 años y después, como un hombre, a morir por nosotros y asà pagar las consecuencias por nuestros pecados y por nuestra desobediencia a las leyes de la moral.
Como lo dice la Palabra de Dios, “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.â€4 También, “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en él, no perezca, sino que tenga vida eterna.â€5
Porque Cristo dio su vida y murió por nosotros, Dios ahora nos ofrece el perdón por todos nuestros pecados y al aceptar éste perdón quedamos libres de la ley del pecado y de la muerte. Como la dice la Biblia, “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, porque la ley del EspÃritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.â€6
Y esa es la gloria de la Navidad. Es el mejor regalo de Navidad que alguien puede dar o recibir. Todo lo que necesitamos hacer es creer que Jesús es el Hijo de Dios y que él murió en la cruz por nosotros para pagar la pena por todos nuestros pecados ... y orar y confesarle a Dios nuestros pecados, darle gracias por darnos a su Hijo para que muriera por nosotros, pedir su perdón e invitar a Jesucristo a entrar a nuestros corazones y vidas como nuestros Señor y Salvador personal. El hacer esto es nuestro “pasaporte al cielo,†sin el cual no podremos entrar a este paraÃso de bellezas nunca vistas, alegrÃa y amor. ¡Hagan lo que hagan no dejen este mundo sin su pasaporte!
Para una oración que le ayude con esto, oprima “Cómo conocer al Dios†en: http://www.actsweb.org/sp/conocer_a_dios1.htm
Se sugiere la siguientes oración: “Querido Dios, gracias por la gloria de la Navidad en la que nos diste a tu hijo Jesucristo, para que viniera al mundo a morir en la cruz por mà para salvarme de la destrucción eterna en el infierno. Que mientras yo confÃe en ti saber que estoy perdonado de todos mis pecados y se me has dado el regalo de la vida eterna y asà poder vivir en el paraÃso contigo. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amén.â€
1. Tomado de Holy Sweat de Tim Hansel, Publicaciones Word, 1987. Pág. 146-147. 2. Juan 15:13 (NVI). 3. Vea Romanos 6:23. 4. Romanos 5:8 (NVI). 5. Juan 3:16 (NVI). 6. Romanos 8:1-2 (NVI).
<:))))><
|
|