|
Encuentros Diarios
Diciembre 25, 2014
Nunca Solo
“Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado;
tu vara de pastor me reconforta… La bondad y el amor me seguirán todos los dÃas de mi vida; y en la casa del SEÑOR habitaré para siempre.â€
1
El Doctor Silvestre relata como, “durante la Segunda Guerra Mundial un joven JudÃo conocido como Salomón, su esposa y sus hijos Jacobo y David fueron sometidos al horror de los campos de concentración nazis. Los prisioneros eran forzados a trabajar horas torturantes en los campos, o eran calcinados en los hornos si se les consideraba de poco valor o ningún valor como trabajadores. El pequeño David tenÃa una pierna lastimada, la cual requerÃa una abrazadera que lo dejaba imposibilitado para trabajar en los campos. Al regresar de trabajar Salomón le preguntó a Jacob sobre donde se encontraban el pequeño David y su madre.
“Jacobo susurró, los soldados vinieron para llevar a David a los hornos, y mamá fue con él para que no fuera sólo.â€2
Tenemos la promesa del Señor Jesucristo de que a dónde vayamos o lo que experimentemos—incluyendo el valle de la muerte, él estará con nosotros. El Salmista dijo “Aunque pase por el valle de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo.†Y Jesús mismo promete que él de ninguna manera nos dejará o desamparará.3
Y asà en este dÃa de Navidad se nos recuerda de manera grafica como Jesús, el eterno Hijo de Dios, llegó como un bebé para nacer en un pesebre en Belén para que nunca tengamos que enfrentar la muerte a solas. Nos amó tanto que fue solo en nuestro lugar a morir en esa atroz, cruel y dolorosa cruz romana para pagar la pena por todos nuestros pecados para que nosotros seamos libremente perdonados por Dios, recibir su regalo de vida eterna, nunca tener que enfrentar la muerte eterna la cual es la separación eterna de Dios el creador de todo el amor y la vida.
Se sugiere la siguiente oración; “Querido Dios, ¿cómo podré agradecerte lo suficiente por tu gran amor al enviar a tu Hijo, Jesús para que muriera por mà y pagando la pena por todos mis pecados para que yo pueda ser perdonado y recibir el regalo de vida eterna? Ayúdame a vivir de tal manera que mi vida sea un sacrificio viviente a ti en gratitud por todo lo que has hecho por mÃ. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amén.â€
Nota: Si nunca ha recibido el regalo del perdón de Dios y de vida eterna, oprima “Como Conocer a Dios†en http://www.actsweb.org/sp/conocer_a_dios1.htm por una oración para ayudarle a hacer esto.
1. Salmos 23:4, 6 (NVI).
2. Dr. David Sylvester, Denton, Texas.
3. Hebreos 13:5.
<:))))><
|