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Encuentros Diarios

Abril 05, 2016

“Si se enojan, no pequen. No dejen que el sol se ponga estando aún enojados, ni den cabida al diablo.â€�¹

Un lector del Encuentro Diario escribe, He estado peleando con el demonio de la lujuria por años. Le he pedido a Dios que me libere de este demonio pero sigo cayendo y haciendo lo mismo una y otra vez. Acabo de re-dedicar mi vida a Dios y estoy en un grupo dentro de la iglesia. Quiero al demonio de Satánas fuera de mi cuerpo y que nunca regrese. “¿Pueden orar por mi?�

Hola, Javier (nombre ha sido cambiado), gracias por tu honestidad y por compartir tu batalla con la lujuria. Para resolver el problema es imperativo comprender la causa que es la raíz del problema. Déjame asegurarte que la lujuria no es un demonio como lo es el odio. Cuando estoy molesto ese es mi problema y cuando no lo resuelvo, eso le da cabida al enemigo.

Así es con la lujuria. La lujuria es una batalla por la que algunos hombres pasan en algún momento en su vida. La lujuria severa, sin embargo es usualmente un síntoma de amor reprimido o necesidades que no se han llenado. Mientras culpes el problema en algo fuera de de ti mismo, nunca lo vencerás porque la lujuria es un problema que llevamos dentro. No sé quién te dijo que era un demonio pero yo reto a esa persona a que encuentre un solo lugar en la Biblia en donde diga que "la lujuria es un demonio."

Es verdad, Satanás es el originador de todos los pecados y nos tienta, pero la mayoría de nosotros no necesitamos a un demonio para que nos conduzca o nos cause la lujuria. Lo podemos hacer por nosotros mismos porque todos somos pecadores.

¿Pero cómo lo puedes vencer? Primeramente, necesita no solo confesar tu lujuria a Dios, pero también pedirle que te confronte con la causa real de esta lujuria … que te muestre la causa de este problema… y entonces que te guie hacia la ayuda que necesitas para vencerla. Solo al enfrentar la verdad es que serás libre.

Recuerda también, como lo escribió David en los Salmos, "El Señor está cerca de quienes lo invocan, de quienes lo invocan en verdad.^"2

Se sugiere la siguiente oración: "Querido Dios, cuando tenga un problema que no pueda resolver, por favor ayúdame a ver al raíz de la causa y ayúdame a encontrar el apoyo que necesito para resolverlo. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen.�

1. Efesios 4:26-27.
2. Salmos 145:18 (NVI).

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