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Encuentros Diarios
Mayo 11, 2016
No teman
“Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano. Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos; y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar.â€1
“El gran predicador escocés Juan McNeill dijo cómo, 'Durante su niñez, él tuvo que caminar una gran distancia para llegar a casa cada tarde, y su ruta lo llevaba a través de un bosque con un gran barranco. Los reportes indican que en esa área con frecuencia se veÃan animales salvajes y a cuadrillas de ladrones. Un gran miedo albergaba en su corazón mientras que él caminaba entre los arboles con formas aterradoras. Él recordó, 'una noche estaba especialmente oscura, pero yo sabÃa que algo o alguien se movÃa lenta y calladamente hacia mÃ. Estaba seguro que era ladrón. Cuando escuche una voz y su tono hizo que mi corazón latiera con miedo. Pensé que estaba acabado. Entonces vino un segundo llamado. En esta ocasión pude escuchar la voz que decÃa ‘Juan, ¿eres tú?’ Era mi padre. Él sabÃa de mi miedo y habÃa salido a encontrarme.'â€2
El ser un hijo de Dios – una de sus ovejas – no nos libera de las tormentas de la vida, pero nuestra fe en él nos da un ancla segura – una roca segura a la cual podemos afianzarnos sabiendo que Dios sabe exactamente donde estamos aun en los en los lugares más aterradores. Como lo dice uno de mis poemas:
Algunas veces parece que la vida
tiene poco o nada de sentido
mientras que vagamos ciegos
buscando un rayo de luz
que nos conduzca a la verdad
o a un dios que no está allÃ.
Pero si nos detenemos y
escuchamos con nuestro corazón,
oiremos el crujir en las hojas,
sentiremos el toque de las alas de un ángel,
y sentiremos la presencia de un cariñoso
padre que juega a las escondidas,
esperando pacientemente –
deseando que lo encontremos.3
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, gracias porque estás conmigo sin importar lo que sea y porque se que tu nunca me dejaras o me olvidaras. En el silencio de mi corazón ayúdame a conocer y a escuchar tu voz asegurándome tu presencia y que mi vida y mi tiempo están en tus manos. Siempre. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen.â€
1. Juan 10:27-29.
2. El sermón de Alan Carr: "No teman."
3. Poema de Dick Innes, © Derechos reservados 1996, bellamente reproducido y listo para enmarcar. Véalo y ordénelo en www.actscom.com/store. (Disponible solo en inglés.)
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