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Encuentros Diarios
Mayo 16, 2016
Un padre, un hijo y un burro
“Cinco veces recibà de los judÃos los treinta y nueve azotes. Tres veces me golpearon con varas, una vez me apedrearon, tres veces naufragué, y pasé un dÃa y una noche como náufrago en alta mar. Mi vida ha sido un continuo ir y venir de un sitio a otro; en peligros de rÃos, peligros de bandidos, peligros de parte de mis compatriotas, peligros a manos de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el campo, peligros en el mar y peligros de parte de falsos hermanos.â€1
Cualquier persona cuyos planes y esfuerzos se invierten en la realización de metas noble y dignas para la voluntad de Dios, sin duda, en cierto momento enfrentara a la oposición y al criticismo cara a cara – y cuanto mayor sea la hostilidad de aquellos que se oponen a la Palabra de Dios, los caminos de Dios y al cristianismo, mayor será la oposición e incluso el peligro. ¡El hecho es que no podemos satisfacer a cada persona y aquellos que lo intentan terminan sin satisfacer a nadie!
C.T. Studd, (1860-1931) el famoso misionario inglés que sirvió a dios en China, la India, y Ãfrica, una vez hizo este comentario: “Recuerden al burro del molinero. El molinero, el hijo y el burro fueron al mercado. El molinero montó el burro hasta el final y la gente clamaba en su contra, ‘hombre cruel, él montado y haciendo que su hijo camine.’ Asà que él se bajo y dejo que su hijo montara al burro; entonces la gente molesta dijo, ‘qué hijo tan perezoso, él montado mientras que el pobre viejo de su padre camina.’ Entonces el padre y el hijo montaron, y la gente dijo, ‘que crueldad con los animales, pobre burro.’ Entonces los dos se bajaron y cargaron al burro, pero la gente dijo, ‘aquà están dos asnos que llevan cargando a otro asno.’ Entonces los tres caminaron y la gente dijo, ‘qué tontos son, tienen un burro y no lo montan.’ Continuamos con el trabajo de Dios y no nos preocupemos por lo que la gente diga.â€
Studd también dijo, “de haberme preocupado por los comentarios de la gente, yo nunca hubiera sido un misionario.â€
Con la sensatez de la llamada de Dios en su corazón habrá ocasiones en las que usted necesitara hacer lo que necesita hacer aunque los votos del mundo enteros estén en su contra. Y eso puede ser realmente difÃcil de hacer, asà que asegúrese de que sea el llamado de Dios y no el de su madre, padre, amigo, o cualquier otra persona – o el de sus propios motivos – de otra forma cuando las presiones de la oposición llegan al hogar, usted se desmoronará debajo de la carga.
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, ayúdame a saber sin duda alguna cuál es tu plan y tu propósito para mi vida – y dame la fe, el valor y la determinación para continuar y alcanzar la meta sin importar nada mas – sabiendo que tú estarás conmigo para siempre y nunca me abandonaras. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen.â€
1. 2 Corintios 11:24-26 (NVI).
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