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Encuentros Diarios
Junio 10, 2016
Enójate – pero no peques
“Si se enojan, no pequen.”1
En una iglesia en donde yo daba clases indiqué que el enojarse era aceptable. Una señora estaba absolutamente sorprendida. Apenas y podía creer sus oídos. Ella me dijo que le habian enseñado toda su vida que los cristianos nunca se enojan. Así que en su mente ella había razonado: Los “cristianos nunca se enojan. Yo estoy siempre enojada. ¡Por lo tanto no puedo ser una cristiana! “
Aquella noche ella se liberó de 20 años de angustia y recibió la certeza de su salvación. Ella en realidad era una cristiana porque había recibido a Jesús como a su salvador. Pero ella nunca había entendido que la cólera es amoral; es decir, en sí misma no es ni correcta o incorrecta. Lo que importa es lo que hacemos con ella y cómo la manejamos. Realmente la Biblia enseña, “Si se enojan, no pequen.”
La cólera por sí misma (no rabia, hostilidad, o amargura) es una emoción dada por Dios. Su propósito es el de luchar contra la maldad y corregir lo que está mal – el traer un cambio bueno en donde este cambio sea necesario. Así fue cómo Florencia Nightingale utilizó su cólera. Ella estaba enojada por la forma en la que los soldados heridos eran tratados, así que ella hizo algo al respecto. Nosotros debemos utilizar nuestra cólera de la misma forma.
La realidad es que todos nos enojamos en un momento u otro. Algunas personas la entierran y no la admiten mientras que otras explotan y lastiman a los demás. Ninguna de ellas es una forma sana, correcta o cristiana.
Al expresar cólera, necesitamos hacerla nuestra, y recordar el principio bíblico es hablar la verdad en amor. Una forma de hacer esto es decir algo así como, “sé que mis emociones son mi responsabilidad, pero estoy enojado y necesito hablar contigo sobre tal y tal.”
Nunca diga a una persona, “tú me haces enojar” esto es porque nadie puede hacerme enojado sin mi permiso. Todo lo que otros pueden hacer es accionar mi cólera, pero la cólera es la mía. Y es siempre mi responsabilidad el manejarla y expresarla de una forma provechosa y no en una forma dañina.
Desafortunadamente, sin embargo, cuando tenemos cólera embotellada o del pasado a la cual nunca le hemos hecho frente y no la hemos resuelto, nuestro “botón de la cólera” puede accionarse muy fácilmente y entonces reaccionamos de más. Lo que otra persona me hace es su problema; cómo me siento y reacciono siempre será mi problema y mi responsabilidad. Mi problema será la forma en la que yo reaccione.
Una de las grandes necesidades (por lo menos en nuestra sociedad occidental) es aprender a identificar nuestros sentimientos – positivos y negativos – ser honesto acerca de ellos, y aprender cómo manejarlos en forma creativa en vez de formas destructivas. Hasta que no hagamos esto, tenemos poca oportunidad de desarrollar relaciones sanas e íntimas.
Como la biblia lo enseña, “Si se enojan, no alimenten ese coraje. No dejen que el sol se ponga estando aún enojados (y no lo han resuelto), ni den cabida al diablo.”2
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, gracias por el regalo de los sentimientos. Por favor ayúdame a estar siempre en contacto con los míos, a ser honesto con ellos, y que cuando los exprese, ayúdame a siempre hablar con la verdad del amor.3 Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen.”
Para mayor información sobre la ira, visite la página de “controlando la ira” en http://tinyurl.com/b439f (solamente en inglés.)
1. Efesios 4:26 (NVI). 2. Efesios 4:25-27. 3. Efesios 4:15 (NVI).
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