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Encuentros Diarios

Julio 06, 2016

“Pero él [Dios] me dijo: ‘Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad.’ Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo.â€�¹

“Leí hace algunos años la historia de un muchacho de 10 años que decidió estudiar judo a pesar de que él había perdido su brazo izquierdo en un devastador accidente automovilístico.

“El muchacho inició lecciones con un viejo maestro de judo quien era japonés. El muchacho lo estaba haciendo bien, así que él no podía entender porqué, después de tres meses de entrenamiento, el maestro le había enseñado solamente un movimiento.

“Sensei,� dijo el muchacho finalmente, “¿no debería de aprender más movimientos?�

“Éste es el único movimiento que sabes, pero es el único movimiento que necesitarás,â€� le contestó el sensei.  Sin entenderlo por completo, pero con su confianza en el profesor, el muchacho continuó entrenando.

“Varios meses después, el sensei llevó al chico a su primer torneo. Sorprendiéndose a si mismo, el muchacho ganó fácilmente las primeras dos contiendas. La tercera contienda resultó ser más difícil, pero después de un cierto tiempo, su opositor se impaciento y se le abalanzó; el muchacho hábilmente utilizó su único movimiento y ganó la pelea. Aún sorprendido por su éxito, el muchacho ahora estaba en las finales. Esta vez, su opositor era más grande, más fuerte, y con más experiencia.
Durante parte de la pelea el chico parecía llevar la de perder. El árbitro preocupado de que el chico saliera lastimado pidio un descanso. Él estaba a punto de parar la pelea cuando intervino el sensei. “No,� insistió el sensei, “déjenlo continuar.�

“Poco tiempo después de reiniciarse la pelea, su opositor incurrió en una equivocación crítica: él bajó su guardia. Inmediatamente, el muchacho utilizó su movimiento. El muchacho había ganado la pelea y el torneo. Él era el campeón.

En camino a casa, el muchacho y el sensei repasaron cada movimiento en cada una de las peleas. Entonces el chico reunió el valor para preguntar qué es lo que realmente estaba en su mente: “Sensei, ¿cómo pude ganar el torneo con solamente un movimiento?�

“Tú ganaste por dos razones,� contestó el sensei. “Primero, casi has logrado dominar uno de los movimientos más difíciles en judo. Y en segundo lugar, la única defensa que se conoce para ese movimiento es que el oponente agarre tu brazo izquierdo.�

“La mas gran desventaja de el chico se había convertido en su mayor fuerza.â€�²

Hmmm… muy interesante. Cuando se trata de la vida para algunas personas su fuerza se convierte en su más grande debilidad. Por ejemplo, como Jesús dijo sobre el hombre rico, “de nuevo les digo que, será más fácil que un camello pase a través del ojo de una aguja que para un hombre rico entrar en el reino de Dios.â€�³  El ojo de la aguja se referían a una puerta en la pared de la ciudad (como se le llamaba comúnmente) la cual era demasiado pequeña para que pasara un camello a través de ella, con esto trataba de decir que era imposible para una persona que confía en sus riquezas – o su fama, personalidad, poder o posición – el poder entrar al reino de Dios.

Por otra parte, cuando reconocemos nuestras debilidades y reconocemos que necesitamos depender de Dios por su guía, sabiduría, discernimiento, y la liberación de la tentación – este poder se puede convertir en nuestra más grande fuerza.

Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, por favor libérame del pecado del orgullo y ayúdame a recordar siempre a depender de tu guía, sabiduría, dirección, poder para vencer la tentación y por mi salvación eterna. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, Amén.�

1.  2 Corintios 12:9 (NVI).
2. Pensamiento del día, de Alan Smith, http://www.tftd-online.com/.
3.  Apóstol Mateo 19:24 (NVI).

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