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Encuentros Diarios
Septiembre 24, 2020
Sacrficando para ganar
“Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.â€1
En un artÃculo del Reader Digest, el autor Roberto Fulghum habla “de una competición internacional de ajedrez hace muchos años en la cual un hombre llamado Frank Marshall hizo lo qué a menudo se le llama el movimiento más hermoso jamás hecho en un tablero de ajedrez. Jugando contra un experto maestro ruso, Marshall sacrificó a su reina en un increÃble movimiento – un movimiento que se hace sólo en la más desesperada de las circunstancias. Pero resultó ser un movimiento brillante, tan brillante que el ruso concedió el juego.
“Cuando los espectadores se recuperaron del impacto por de la táctica inusual de Marshall, llenaron el tablero de ajedrez con dinero. Marshall habÃa alcanzado la victoria en una manera rara y atrevida. Él habÃa ganado sacrificando a la reina.â€2
Una de las metas en mi vida era construir mi propia casa, el cual hice en Australia del sur hace bastantes años. Estaba en lo alto de las colinas de Adelaide con vista a la ciudad y a lo lejos el océano. La vista era magnÃfica. Construà esa casa con la idea de vivir en ella hasta el dÃa de mi muerte. En ese momento mi ministerio estaba prosperando y no habÃa manera que yo planeará o deseará dejar la casa que construà o el trabajo que inicié. Pero habia algo dentro de mÃ… moviéndose… y moviéndose a través de circunstancias más allá de mi control. En exasperación finalmente oré, “está bien Dios, tú ganas. Tu puedes tener mi nuevo hogar y mi ministerio y todo lo que tengo aquÃ. Iré a cualquier parte del mundo si tan solo me das paz.â€
Yo creo que Dios debe de tener un sentido del humor también porque en mis oraciones yo dije, “P.D. Dios, por favor no me envÃes a Alaska porque no me gusta el frio.â€
TenÃa poca noción de lo que me esperaba. Como resultado de lo que pensaba era mi sacrificio de mi posesión más preciada en la tierra, Dios me bendijo mas allá de todo lo que pude haber soñado que fuera posible (no significa que haya pasado de un dÃa para otro). El ministerio al que creo que Dios me llamó se ha expandido en gran manera, y ahora estoy viviendo de todos los lugares posibles en el cálido y soleado sur de California. ¡No fue ningún sacrificio!
He aprendido a través de la experiencia que no podemos superar a Dios.
Si hay algo a lo que se está aferrando y le está impidiendo ser y hacer lo que Dios desea que sea y haga, considérelo en oración y esté dispuesto a dejarlo ir. Como alguien más lo dijo, “No sacrifiquen su futuro en el altar de lo inmediato.â€
Y como Jim Elliot el mártir misionario lo dijo: “No es tonto el que da lo que no puede guardar para ganar lo que no puede perder.â€
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, si hay algo a lo que me estoy aferrando y me está impidiendo el ser y hacer todo lo que tú has planeado que yo sea y haga, podrÃas convertirte en esa “búsqueda por el cielo†en mi vida y muéstrame lo que es. Y por favor dame el valor para dejar ir las cosas y convertirme en quien tú deseas que sea, y hacer todo lo que tú deseas que haga. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, Amén.â€
1. Jesús en Mateo 6:33 (NVI). 2. Robert Fulghum, "Time to Sacrifice the Queen," Reader's Digest, Agosto 1993, página 136.
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