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Encuentros Diarios
Mayo 04, 2021
Escondiendose de Dios
“¿A dónde podrÃa alejarme de tu EspÃritu? ¿A dónde podrÃa huir de tu presencia? Si subiera al cielo, allà estás tú; si tendiera mi lecho en el fondo del abismo, también estás allÃ… Y si dijera: ‘Que me oculten las tinieblas; que la luz se haga noche en torno mÃo, ni las tinieblas serÃan oscuras para ti, y aun la noche serÃa clara como el dÃa. ¡Lo mismo son para ti las tinieblas que la luz!’â€1
Roger Ray, un Ministro en Springfield, Missouri, dijo acerca de un médico local quien una noche conducÃa entre llamadas de hospital, excediendo el lÃmite de velocidad en forma bastante descarada en un intento de recuperar el tiempo perdido. De repente un coche de policÃa estaba detrás de él y habÃa activado sus luces. Teniendo cierta experiencia en ambos el exceso de velocidad y el ser capturado, el doctor sacó por la ventana el estetoscopio mostrándoselo al oficial con la esperanza de poder comunicarle que estaba en una emergencia médica. Sin embargo, el oficial continuó siguiéndolo sin importarle las señales del médico. Una vez más el doctor agitó el estetoscopio en el aire, esta vez más drásticamente, en la esperanza de transmitir la importancia de su misión. Pero cuando el médico miró el espejo retrovisor para ver si el oficial habÃa captado el mensaje, vio a un sonriente oficial ondeando su propio sÃmbolo de autoridad en el aire—su revólver.
Estas son las “Oh-ohâ€; experiencias de la vida cuando nos damos cuenta de que nosotros hemos sido capturados. Y a veces me pregunto si hay ciertas cosas que no hago más por el temor de ser atrapado en vez de querer hacer lo correcto.
Sin embargo, hay una cosa que es cierta… no importa cuánto me esmere ni cuánto intente engañarme a mà mismo, no hay forma de ocultarse de Dios. Él lo ve todo. Él lo sabe todo. Pero él no está agitando su “revolver celestial†en frente de nosotros y tampoco está tratando de castigarnos por nuestros pecados, sino más bien está intentando salvarnos de castigarnos a nosotros mismos como resultado de nuestros pecados—el resultado de los cuales es la muerte—la muerte eterna.
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, gracias porque no importa dónde este, en que condición este, o lo que he hecho o no he hecho, tú sabes exactamente en dónde estoy y en que condición estoy. Gracias, también, por buscarme, no para castigarme, pero porque tú quieres que vaya a ti buscando perdón, sanar y el ser una persona completa. Ayúdame a dejar de esconderme y de correr excepto para correr hacia tus brazos abiertos llenos de cariño y perdón. Gracias por escuchar y responder a mis oraciones. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen.â€
1. Salmos 139:7-8, 11-12 (NVI).
Por más información lea, “Cómo saber que es Cristiano autentico, sin tener que ser religioso†en: http://www.actsweb.org/sp/conocer_a_dios1.php.
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