| |
Encuentros Diarios
Septiembre 16, 2016
Totalmente anónimos
“Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo.â€1
Escuché en la radio lo que pensé era un anuncio muy divertido. El locutor discutÃa sobre algo con un grupo de apoyo imaginario. Lo disfrute tanto que no tengo ni la más remota idea qué producto y/o el nombre de marca que estaban vendiendo.
Sin embargo, este anuncio me recordó de las personas que siempre están de acuerdo con todo lo que uno dice—ya sea sà o no. Esas personas nos pueden volver locos. Estoy hablando de los complacientes, de personas que siempre quieren complacernos. Ellos nos dan las respuestas que ellos piensan nosotros deseamos escuchar. Se deshacen por ayudarnos incluso cuando uno no desee su ayuda. O darnos cosas que incluso no deseamos. Estoy seguro de que usted ha conocido a uno o dos en su vida. A veces se les conoce como los señores “sÃ.†No tenemos la forma de saber que los motiva o lo que intentan.
En realidad estas personas son falsas con ellas mismas porque son muy inseguras y tienen una inmensa necesidad de complacer a casi todo el mundo en un vano intento de obtener aprobación, la cual ellos sustituyen por amor. En otras palabras, no tienen un sentido saludable de sà mismos y de la aceptación.
La realidad es que hasta que nos amemos y nos aceptemos a nosotros mismos en una forma sana, no podremos amor completamente a nadie más porque no podemos dar lo que no tenemos.
La forma en la que crecemos en amor por nosotros mismos comienza con admitir la realidad; es decir, ser honestos con nosotros mismos y admitir que nos sentimos inseguros y que no tenemos un sentido saludable del amor y de la aceptación. Una vez que admitimos que no nos sentimos inseguros, podremos dejar de tratando de demostrarnos a nosotros mismos que estamos bien y bajarnos del carrusel sin fin de tratar de complacer a todos. Esto puede ser increÃblemente liberador. Además, es la única forma en la que podemos hacer algo acerca del problema.
A continuación, tenemos que admitir cómo nos sentimos realmente al menos a uno o dos amigos de confianza, que no nos criticarán y nos apoyarán sin juzgarnos o sin decirnos que no debemos de sentirnos de esa manera. (Me siento de la manera que lo hago debido a quién soy yo y eso no tiene nada que ver con si yo deberÃa o no debe sentirme de la manera en la que me siento). Cuando soy abiertamente valiente y honesta sobre mà mismo con estos amigos de confianza, y ellos me aman y aceptan exactamente como soy, poco a poco y con el tiempo aprendo a amarme y a aceptarme a mi mismo en una forma saludable.
También ayuda el darse cuenta de que Dios nos ama y acepta exactamente como somos. Pero él también nos ama demasiado para dejarnos como estamos. El quiere que crezcamos y nos convirtamos en personas sanas para que su amor pueda fluir libremente a través de nosotros hacia los demás. Sin embargo, hasta que nos amemos y aceptemos a nosotros mismos, el amor de Dios está bloqueado u obstaculizado y no puede fluir libremente a través de nosotros.
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, por favor ayúdame a ser sincero y ayúdame a encontrar a un amigo o dos que me acepten y no me juzguen y con quienes yo me sienta seguro para compartir lo que llevo dentro. A través de su amor y sabiendo que tú me amas y me aceptas como soy, por favor ayúdame a amarme y aceptarme en una forma saludable para que tu amor fluya a través de mi hacia los demás sin que sea bloqueado. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen.â€
1. Efesios 4:15.
<:))))><
|
|