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Encuentros Diarios
Noviembre 28, 2016
Jefes malos
“Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo.â€1
Una lectora de Encuentros Diario nos escribe, "Tengo un problema en el trabajo con mi jefe. Él se supone que es un buen hombre cristiano, pero parece haber un problema. Cada vez que él pierde algo o hace algo mal, nos acusa ya sea a mà o a otro miembro del personal. Un dÃa yo no estaba allà y algo se perdió, y dijo que yo tenÃa que ser quien lo habÃa movido. Le dije que yo estaba fuera ese dÃa, pero él insistió en que yo lo habÃa hecho. ¿Qué debo hacer?"
Estoy seguro de que algunos, si no muchos, de nuestros lectores podrÃan identificarse con el problema de Jessica (no es su nombre real).
Asà que ¿qué debemos hacer cuando se tiene un jefe inclemente?
Una vez tuve un trabajo donde mi jefe gritaba cuando estába enojado. Él nos gritaba a la menor provocación. El era mucho más alto que yo, por lo tanto un dÃa cuando ya habÃa tenido suficiente de sus actos de intimidación, me pare de puntillas en frente de él y le grite “¡Ya no me grite!â€
Era mucho más joven en aquellos dÃas, y espero ahora tener un poco más de tacto. Además, no estoy sugiriendo que ustedes les griten a sus jefes. Sin embargo, si planean enfrentarse a su jefe, deben de estar preparados para ser despedidos. Yo no fui despedido, pero estaba preparado a serlo. Sólo que no me iba a quedar pasivamente aceptando sus gritos — especialmente cuando era y siempre he sido un buen y arduo trabajador. Pero ¿saben qué? Cuando me enfrente a él, se desmoronó. Siento que detrás de su fachada agresiva (máscara) estaba un niño herido y asustado. Asombrosamente, nunca me volvio a gritar y terminamos llevándonos muy bien.
También debemos recordar que vamos a trabajar para ganarnos la vida. En el trabajo serÃa ideal si la gente siempre fuera amable con nosotros, pero eso no es ser realista. No podemos cambiar a las personas con las que trabajamos, y no podemos cambiar a nuestro jefe. Pero podemos cambiar de jefes (nuestro trabajo), pero si no se puede, podemos cambiar nosotros mismos y cómo respondemos a las personas desagradables.
No es fácil, lo sé, pero todo depende de nosotros. Tenemos una opción en cómo reaccionamos, manteniendo en mente que reaccionamos — especialmente cuando reaccionamos de mas — en la base de quiénes somos, mas no tanto en lo que hace la otra persona. Esto no excusa el comportamiento negativo de otras personas, pero nos recuerda que a la única persona que podemos cambiar es a nosotros mismos.
Lo más importante de todo, cuando tenemos que interactuar con alguien que no nos gusta o no nos gusta su forma de actuar, es pedirie a Dios que nos ayude a ser como “Cristo†con esta persona y que ella/él al ver a Cristo en mÃ, quierá tener a Cristo por sà mismo. Este tipo de cambio en mà no ocurre instantáneamente: tengo que seguir trabajando en ello.
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, cuando este en una situación con gente desagradable, por favor dame la sabidurÃa de saber qué hacer y el valor para hacerlo. Y en todas las situaciones por favor ayúdame a ser como Cristo con aquellos que me molestan, y a siempre hablar con la verdad en amor. Ayúdame Dios mÃo. Gracias por escuchar y responder a mis oraciones. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen.â€
1. Efesios 4:15.
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