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Encuentros Diarios
Octubre 29, 2020
Como llenarse del Espiritu de Dios - segunda parte
“En el Ăşltimo dĂa, el más solemne de la fiesta, JesĂşs se puso de pie y exclamĂł: ¡Si alguno tiene sed, que venga a mĂ y beba! De aquel que cree en mĂ, como dice la Escritura, brotarán rĂos de agua viva. Con esto se referĂa al EspĂritu que habrĂan de recibir más tarde los que creyeran en Ă©l.”1
Ayer explicamos cĂłmo cada cristiano puede llenarse con el espĂritu de Dios, el EspĂritu Santo, y asĂ tener la presencia de Dios viviendo dentro de Ă©l o ella en todo momento.
Hoy y mañana queremos responder a la pregunta: ÂżCĂłmo podemos llenarnos del EspĂritu Santo?
Primero, deseo y fe. Como con todos los dones de Dios, asĂ es con el EspĂritu Santo. Tenemos que desearlo realmente, y tenemos que creer que Dios nos lo dará tal como Ă©l ha dicho que lo hará.
Como lo dice el versĂculo del dĂa de hoy, “¡Si alguno tiene sed, que venga a mĂ y beba! De aquel que cree en mĂ, como dice la Escritura, brotarán rĂos de agua viva. Con esto se referĂa al EspĂritu que habrĂan de recibir más tarde los que creyeran en Ă©l.”2
Segundo, el compromiso. Si mi corazĂłn y mi mente están llenos de ansiedad, la ansiedad me controlará. Si están llenos de ira, esta me controlará. Si es temor, el miedo me va a controlar. Pero si mi corazĂłn y mente están llenos del EspĂritu de Dios, mi vida se llenará con su amor, alegrĂa y la paz y estos me controlarán.
Y estamos comprometidos con aquello de lo que estamos llenos. Si estamos comprometidos con nosotros mismos, seremos controlados por nuestros deseos egoĂstas, además de nuestras inquietudes, temores y asĂ sucesivamente. Pero si estamos realmente comprometidos con Cristo y le hacemos Señor de nuestra vida cotidiana, seremos controlados por Su EspĂritu y nuestra vida dará los frutos del EspĂritu.
Tercero, confesiĂłn. No hay necesidad de repetir cuando tenemos algĂşn pecado sin resolver en nuestras vidas, necesitamos confesarlo y dejarlo atrás. Nosotros no podemos estar viviendo en pecado y ser controlados por el espĂritu de Dios al mismo tiempo. La buena noticia es que, como la Biblia dice, “Si confesamos nuestros pecados, Ă©l [Dios] que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad.”3 Cuando confesamos nuestros pecados y vivimos nuestras vidas de acuerdo a la ley de Dios, somos capaces de recibir la plenitud del EspĂritu de Dios.
Cuarto, apertura. El verdadero problema no es cuánto tengo del EspĂritu Santo dentro de mĂ, pero Âżcuánto tiene de mĂ el EspĂritu Santo? Como lo hemos dicho, cuando recibimos a Cristo como a nuestro Señor y Salvador, se nos da el EspĂritu Santo en toda su plenitud. El problema es que la mayorĂa de nosotros no sabemos cĂłmo abrirnos a la plenitud de EspĂritu Santo de Dios.
Quinto, honestidad personal. El EspĂritu Santo es tambiĂ©n conocido como el EspĂritu de la Verdad. Por lo tanto, para llenarnos con el espĂritu de la verdad, tenemos que ser sinceros con nosotros mismos, asĂ como con Dios. Si hemos cometido nuestras vidas a JesĂşs y entregado nuestros corazones y mentes a su control, pero aun no tenemos su amor, alegrĂa y paz, no es porque Dios o su espĂritu nos han dejado. Puede ser que la causa sean las barreras en nosotros que bloquean el flujo del EspĂritu de Dios.
Estas barreras pueden ser sentimientos no resueltos de miedo, insuficiencia, culpa, dolor, ira, odio, resentimiento y otros más, que nos hemos consciente o inconscientemente ocultado o reprimido. En muchos aspectos estas situaciones sin resolver nos mantienen atados dentro de nosotros mismos, lo que a su vez, bloquea al EspĂritu de Dios. Por lo tanto, para llenarme del EspĂritu Santo, necesito preguntarle a Dios si existen áreas en mi vida que están causando las barreras entre Ă©l y yo. De ser asĂ, necesito ser honestamente valiente acerca de esas barreras, y con la ayuda de Dios y de ser necesario con la ayuda de un consejero calificado, afrontarlas y resolverlas.
Se sugiere la siguiente oraciĂłn: “Querido Dios, quiero estar lleno del EspĂritu Santo. Te entrego el control de mi vida en toda su capacidad. Si hay situaciones sin resolver en mi vida que están obstruyendo o bloqueando el que yo pueda estar lleno de tu EspĂritu, por favor permite ver cuáles son, y guĂame hacia la ayuda que necesito para resolverlas para asĂ poder estar lleno de tu EspĂritu Santo. Gracias por escuchar y responder a mi oraciĂłn. Te agradezco. En el nombre de JesĂşs, AmĂ©n.”
Terminara en la tercera parte.
1. Juan 7:37-39 (NVI).
2. Juan 7:37-39 NVI).
3. 1 Juan 1:9 (NVI).
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