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Encuentros Diarios
Febrero 10, 2017
Madres asfixiantes
“Cuando lo vieron sus padres, se quedaron admirados. —Hijo, ¿por qué te has portado asà con nosotros? le dijo su madre. ‘¡Mira que tu padre y yo te hemos estado buscando angustiados!’ Y él le respondió ‘¿Por qué me buscaban? ¿No sabÃan que tengo que estar en la casa de mi Padre?’â€1
Tommie de siete años era tan lindo como un botón. En la escuela cristiana de vacaciones para los niños el verano pasado él estaba muy atento, se reunió con los otros niños y se relacionaba muy bien con ellos; esto es, hasta que su madre llegó, se sentó con él y los otros niños y mantuvo su brazo alrededor de él. Tommy inmediatamente se aisló de los demás.
El amor de las madres asfixiantes por sus hijos es más por necesidad, no por los niños, pero por sà mismas, las madres. Esto es definitivamente algo que no es saludable para el niño.
Tengo un amigo cercano, cuya madre era una madre emocionalmente asfixiante. Ella en el hogar lo hizo ser el “pequeño padre/marido†porque ella le necesitaba para apoyarse en él y para satisfacer sus necesidades. Hasta que mi amigo se alejo de ella y entro en terapia para trabajar y resolver su miedo a ser asfixiado, él tenÃa miedo de amar a una mujer. En su mente inconsciente su mente estaba condicionada a creer que el ser amado por una mujer significaba el ser asfixiado. Durante gran parte de su vida él huyó del amor.
Y como Tommy, a menos que su madre deje de apegarse a él por su propia necesidad, él, también, está siendo programado para fallar en el amor. Tal vez él nunca sea capaz de amar a una mujer por miedo a ser asfixiado. Las madres necesitan dejar ir a los hijos para que ellos sean capaces de identificarse con sus padres u otros hombres importantes en sus vidas si el padre no está presente. De otra manera ellos nunca aprenden a aceptarse a sà mismos como hombres, tampoco son capaces de amar a una mujer totalmente ni a ser un buen padre o esposo.
El mismo principio se aplica a los padres apegados y asfixiantes. Los niños necesitan que se les permita crecer y que se les entrene para ser adolescentes autosuficientes, independientes para asà ellos poder convertirse en adultos sanos, seguros e independientes.
Muchos adultos hoy en dÃa tienen el cordón umbilical emocional aun pegado a sus madres. Ellos necesitan cortar el cordón para poder ser libres del control de sus madres para ser sus propias personas.
Como lo vemos en la lección de las escrituras de hoy, mientras que Jesús aun dependÃa de sus padres, el cortó el cordón umbilical emocional a la edad de doce años – la cual era la edad en la que se les introducÃa a la vida adulta en la cultura en la cual Jesús creció.
Nuestro trabajo como padres es, entre otras cosas, el empezar a dejar a nuestros hijos aun en formas pequeñas desde la infancia para que cuando ellos sean jóvenes adultos estén listos para convertirse en adultos por sà mismo. Si sofocamos a un arbusto, se secará y morirá. Si sofocamos a un niño, el también, se secará y morirá (o permanecerá seriamente discapacitado) emocionalmente.
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, si de alguna manera yo soy un padre asfixiante, por favor ayúdame a ver mis errores y, asà como tus padres humanos te dejaron ser y no trataron de sobre controlarte, ayúdame a dejar de asfixiar y sobre controlar a mis hijos, para que ellos sean libres de convertirse en adultos maduros por sà mismos. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, Amén.â€
1. Lucas 2:48-49.
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