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Encuentros Diarios
Febrero 21, 2017
Ganando con dignidad y honor
“El amor debe ser sincero. Aborrezcan el mal; aférrense al bien. Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente. Nunca dejen de ser diligentes; antes bien, sirvan al Señor con el fervor que da el Espíritu.”1
Es bastante deprimente cómo los medios de comunicación de noticias se esmeran en presentar noticias negativas porque eso es lo que vende, o al menos eso es lo que nos llevan a creer. Pero como Michael Josephson sugirió en una edición del Carácter Cuenta, vamos dejar de pensar en el puñado de antiguos entrenadores universitarios que fueron despedidos por conducta deshonorable y del deportista que menospreció su profesión y destruyó su buen nombre (y posiblemente su prometedora carrera) a través de su comportamiento sexual ilícito—y recordar el lado noble de los deportes.
Cuando la bicicleta del líder Lance Armstrong cayó [en una agotadora carrera de bicicleta del Tour de Francia] después de una colisión con un espectador, su más cercano competidor Jan Ullrich y otros ciclistas líderes redujeron la velocidad para esperar a que él regresara a la carrera. Ellos estaban honrando un código de honor no escrito. De acuerdo con Diane Pucin en el Times de L.A., Ullrich dijo: “Si hubiese ganado esta carrera aprovechando las ventajas de la mala suerte de otra persona, entonces no hubiese valido la pena ganar la carrera.” Al parecer, los mejores ciclistas del mundo comprenden la diferencia entre ser declarado ganador y realmente ganar.”2
Eso es lo que yo llamo admirable y es maravilloso ver. Yo claramente deseo que nuestros medios de comunicación se esmeren en este tipo de noticias y ayuden a inspirar a la juventud a hacer actos nobles de honor, valor y amabilidad, y por lo tanto ayudar a hacer de este mundo de hoy un lugar mucho mejor donde vivir.
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, por favor ayúdame a trabajar, competir en deportes o juegos, y a vivir con honor y así mantener un alto nivel de respeto por mí mismo y traerle gloria a tu nombre. Gracias por escucharme y responder a mis oraciones. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amén.”
1. Romanos 12:9-11 (NVI).
2. Michael Josephson, “Hombres Honorables y una Competencia Honorable” 315:4 El carácter cuenta, www.charactercounts.org.
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