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Abril 15, 2015

"Cercano está el Señor de todos los que le invocan, a todos los que le invocan de verdad."¹

De acuerdo a veinte años de estudios por la Universidad de Colorado, la causa número uno del rompimiento en matrimonios es la inhabilidad de manejar los conflictos de manera creativa.

Por ejemplo, el primer matrimonio de Jim fracasó y ahora está en su segundo matrimonio.  Casi inmediatamente después de la luna de miel los problemas empezaron a surgir. Al final del segundo año Jim y Sharon tenían grandes problemas.

El problema no son sus peleas. Estas son solo un síntoma de problemas personales sin resolver.  Desgraciadamente, mientras que Sharon sabe que ella tiene un problema, Jim no piensa que él tenga algún problema. En su mente el conflicto es culpa de Sharon.

En realidad, Sharon tuvo un padre que la abandonó y se siente amenazada cuando Jim sale a comer con algún amigo. Su miedo al abandono se enciende lo que causa que ella desee estar cerca de Jim. Sin embargo, ella admite que está reaccionando de manera equivocada y está asistiendo con un consejero para que le ayude a resolver su problema

Por otra parte, Jim tuvo una madre controladora y, cuando siente que Sharon solo quiere estar con él, él reacciona enojándose y culpa a Sharon por esta reacción.  El que Jim no admita que él también tiene un problema y no busque ayuda es como un callejón sin salida. 

¿Qué esperanzas tienen? Muy pocas a menos que ambos estén dispuestos a admitir lo que cada uno está contribuyendo al conflicto.

Sin embargo, si ambos están dispuestos a ser honestos consigo mismos frente a Dios, arrodillarse juntos y pedirle que les muestre lo que ellos están contribuyendo al conflicto, tomar completa responsabilidad por la parte que ambos tienen en esto y pedirle que los ayude a encontrar la ayuda que ellos necesitan, solo entonces habrá oportunidad para un crecimiento personal y una resolución.  

Como dice la palabra de Dios, "Cercano está el Señor de todos los que le invocan, a todos los que le invocan de verdad."

Se sugiere la siguiente oración: Querido Dios, por favor ayúdame a ver las debilidades en mi carácter para que pueda así traerlas frente a ti para que me sanes, y me guíes hacia la ayuda que necesito para superarlas. Gracias por escucharme y responder a mis oraciones. Te agradezco. En el nombre de Jesús, Amén.

1. Salmo 145:18 (NVI).

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