Recuerdo haber trabajado con un grupo al cual dije que estaba bien estar enojado. Una dama estaba absolutamente sorprendida. Ella me dijo que toda su vida habÃa sido enseñada que los cristianos nunca se enojan. Por lo que ella habÃa razonado en su mente: "Los cristianos nunca se enojan. Siempre estoy enfadada. ¡Por lo tanto, nunca podre ser una cristiana!"
Esa noche se liberó de 20 años de angustia y recibió la garantÃa de su salvación. Ella era de hecho una cristiana porque habÃa recibido a Jesús como su Salvador.
La ira es a moral; es decir, por sà misma no es ni correcta ni incorrecta. Es lo que hacemos con ella y cómo la manejamos lo que importa. La Biblia en realidad dice, "Si se enojan no pequen,"1 o como lo dice la antigua traducción, "Enójense — no pequen."