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Encuentros Diarios
Abril 14, 2015
Disonancia Cognitiva
“La tentación viene de nuestros propios deseos, los cuales nos seducen y nos arrastran. De esos deseos nacen los actos pecaminosos, y el pecado, cuando se deja crecer, da a luz la muerte.â€1
¡Que gran verdad, “en lo que la mente piensa el cuerpo lo hace!â€
Consideren por ejemplo, cómo trabaja la tentación. Un pensamiento aparentemente inocente viene a la mente de repente y de diferentes direcciones, y en ocasiones de la nada. Un pensamiento aparentemente inocente viene a la mente de cualquier parte y diferentes direcciones, y en ocasiones de la nada. Nosotros decidimos (de manera inconsciente) seguir pensando en ello y entre más lo hacemos nos atrapa la emoción; y entre más nos concentramos en ese pensamiento, nuestras emociones son más fuertes y entre más fuertes son nuestras emociones, más pensamos en ellas—y entonces empezamos a visualizar en nuestras mentes lo que deseamos y lo que queremos hacer. Y entonces, a menos que tomemos una decisión consciente de dejar de pensar en aquello, es muy probable que caigamos en la tentación y actuemos en ella.
La batalla se gana o se pierde en la mente aún antes de dejarnos llevar por la tentación.
Uno de los peligros en caer constantemente en la tentación es, como alguien más lo indicó, “Si no vivimos la vida en la que creemos, terminaremos infelices y creyendo en la vida que llevamos.â€
Esto lo hacemos porque mientras no vivamos consistentemente con lo que creemos, nuestras mentes experimentan lo que llamamos ‘disonancia cognitivaâ€; esto es desarmonÃa mental. Porque no podemos tolerar éste conflicto mental, cambiamos nuestras creencias para que vayan con nuestro comportamiento y asà racionalizar y justificar lo que hacemos—un camino muy peligroso de seguir. El resultado final es lo que la Biblia llama una muerte consiente la cual ultimadamente nos lleva a la muerte—la muerte espiritual.2
Se sugiere la siguiente oración: “Querido Dios, por favor dame el deseo y el buen sentido de vivir en armonÃa con tu Palabra, la Biblia, y nunca racionalizar o justificar nada que sea lo contrario a tu Palabra y tu voluntad. Gracias por escuchar y responder a mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amén.â€
1. Santiago 1:14-15 (NTV).
2. Santiago 1:15.
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