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Octubre 28, 2013

"Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas."¹

En su libro, Finding God in Unexpected Places (Encontrando a Dios en Lugares Inesperados), Philip Yancey dice, "Cuando el Dr. David Larson estaba entrenando para una carrera en psiquiatría, los consejeros de la facultad le advirtieron, 'Le harás daño a tus pacientes si tratas de combinar tu fe Cristiana con la práctica de psiquiatría. Es clínicamente imposible.' Instructores insistían que religión usualmente daña la salud mental de una persona."

Esto le preocupaba a Larson tanto que el hizo un estudio en este sentido por quince años. El descubrió que mucha de la investigación ignoraba el tema de religión por completo. Lo que si aprendió de la investigación (que si incluía religión) resulto ser una sorpresa agradable.  Un muestreo:

Personas que asisten a la iglesia regularmente viven más y son menos probables de abusar de alcohol o drogas. Personas en la cárcel quienes hacen un compromiso religioso son menos probables que sus compañeros de regresar a la cárcel después de salir. También descubrió que personas quienes asisten a la iglesia regularmente son hasta dos veces más probables de mantenerse casados.

Larson también indico los efectos desastrosos que hogares rotos tienen sobre la familia. Por ejemplo, el divorcio aumenta dramáticamente la probabilidad de una muerte temprana. También interrumpe la salud mental, especialmente para los hombres. Y  "tiene un efecto devastador en los hijos. Proporcionalmente doble la cantidad de criminales vienen de hogares con solo el padre o la madre. En efecto, la estructura familiar resulta ser más efectiva que la situación económica en la predicción de la vida en el crimen. Hijos de hogares rotos son más probables de batallar en la escuela, usar drogas, e intentar el suicidio."²

Habiendo venido de un hogar roto, yo conozco demasiado bien el efecto devastador que tiene en los hijos. Si no fuera por la gracia de Dios, yo no sé donde estuviera hoy. Simplemente no podemos enfatizar la gran importancia de comprometiendo y encomendando nuestra vida al Señor y reconociéndolo en todo lo que hagamos.

Oración sugerida: "Querido Dios, con tu ayuda yo elijo confiar en ti con todo mi corazón y reconocerte en todo lo que yo haga, y te doy las gracias por prometer que vas a dirigir mis pasos. Gracias por escuchar y contestar mi oración. Te agradezco. En el nombre de Jesús, amen."

1. Proverbios 3:5-6.
2. Philip Yancey, Finding God in Unexpected Places, p. 81-83.

Nota: Vea "Lo que Una Buena Iglesia Puede Hacer Para Usted" en: www.actsweb.org/sp.viviendo/buena_iglesia1.php.

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